Me gusta que el Gobierno haya rectificado
Me ha gustado el paso atrás que ha dado el Gobierno con la defensa del juez Llarena. Se había equivocado, lo ha reconocido y le ha importado más hacer lo justo que "el qué dirán".
Otros en esta situación se hubieran enrocado con los clásicos argumentos cerriles: al enemigo, ni agua; impasible el ademán para no dar munición a la oposición; el tiempo todo lo cura...
Eso sí. Ahora el Gobierno debe estar vigilante. Porque lo que no sería de recibo es asistir a muchas escenitas de este estilo. Debe aprender la lección y tomar nota: meditar bien las decisiones y acertar.