La huella que la ansiedad está dejando en nuestros sanitarios

Luis Herrera, Director Médico de Schwabe Farma Ibérica.
Luis Herrera, Director Médico de Schwabe Farma Ibérica.

La pandemia ha afectado a la salud mental de los sanitarios, eso es una realidad, pero la llegada de la tercera ola, las distintas medidas adoptadas por las CCAA y la falta de descanso ha agudizado el estrés, la ansiedad, el agotamiento físico y emocional de nuestros profesionales. De hecho, según el último estudio del Colegio de Médicos de Barcelona (COMB), una cuarta parte de los facultativos incluso se han planteado dejar la profesión y la última encuesta de la Sociedad Española de Neurología (SEN) afirma que los jóvenes son los que más están sufriendo estos síntomas de forma más aguda y que casi la mitad han sufrido ansiedad durante los primeros meses de la pandemia. De hecho, refleja un dato relevante, y es que el 7% de estos jóvenes profesionales ha requerido atención psicológica o psiquiátrica.

La fulminante llegada de la Covid-19 ha multiplicado la presión a la que se someten los sanitarios diariamente en su trabajo y esto ha impactado en la salud física y mental de los facultativos que, casi un año después de la primera ola, no se han recuperado. Actualmente, en plena tercera ola, el 48% de los médicos sigue manifestando síntomas de ansiedad y agotamiento emocional. Además, hay algunos factores que aumentan la prevalencia de esta patología, como es el hecho de haberse contagiado y tener que estar aislado. Según el COMB, el 75% de los médicos confinados reportaron agotamiento emocional, frente al 61% de los que no tuvieron que hacer cuarentena. Y si tenemos en cuenta, en el entorno sanitario, otros factores de  riesgo para padecer ansiedad, hemos de hablar de las mujeres que han trabajado en un área geográfica con alta incidencia de contagio, que no se han sentido apoyadas por sus compañeros y que han tenido un mayor miedo a convertirse en fuente de contagio en su entorno laboral y para sus propias familias.

A parte del cuadro clínico de la infección respiratoria que produce la  Covid-19, se está desarrollando en paralelo una segunda epidemia relacionada con la ansiedad y el cansancio que esta situación mantenida en el tiempo está produciendo y a la que se le ha llamado la “Fatiga Pandémica” y que afecta especialmente a las personas más expuestas al riesgo de adquirir la infección como es el personal sanitario. Por esta razón, se vuelve más necesario el diagnóstico precoz de esta circunstancia para poder comenzar a tratarla cuanto antes con la ayuda de especialistas y medicamentos que  faciliten el proceso de superación. Recientemente se ha puesto en el mercado un nuevo medicamento cuyo principio activo, Silexan, es un  aceite esencial de Lavándula angustofila y que está indicado para el tratamiento de los síntomas transitorios de ansiedad  en personas mayores de 18 años y que combina de forma muy equilibra la eficacia ansiolítica con un buen perfil de seguridad, lo que  permite que pueda ser dispensado en farmacia sin receta médica.

Nuestros sanitarios son más imprescindibles que nunca y es el colectivo que está sufriendo más directamente esta “Fatiga pandémica” por lo que es necesario  una detección precoz y un tratamiento médico adecuado , para evitar que aumente su gravedad, se cronifique o derive en otros trastornos mentales como la depresión. Hay que tratar los síntomas de ansiedad de forma segura y eficaz, y nuestros sanitarios son los primeros que deben hacerlo para conseguir mantenerse fuertes ante los tiempos que les está tocando vivir.

 

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