No íbamos contra nadie

Soy uno de los cientos de miles que formó parte el sábado, 18 de Junio, de la manifestación en Madrid en la que defendimos dos derechos evidentes: Primero, el derecho de los niños a seguir teniendo padre y madre como los demás hemos tenido y segundo, el derecho de los homosexuales a una regulación específica para ellos, plena de derechos, pero sin "corta y pega" del contrato de matrimonio, que en este caso no es posible.

No vi en ninguno de esos cientos de miles de críos, de mayores de bastón, de padres, de adolescentes y jóvenes de andar por la calle ningún estilo intolerante con el que los quieren manchar, ni una palabra contra gays, lesbianas, etc. Sin embargo, asquea la intolerancia de un gobierno que truca las cifras y quita un cero a la derecha del número cifrado por la organización: ¿cómo 166.000 personas apretadas y sudando podemos ocupar tanto espacio en las calles de Madrid tal y cómo se ve en las fotos? No en las imágenes que se ocuparon y mucho de que no aparecieran, ¿cuándo se ha visto una diferencia tan grande en las cifras de una manifestación que nadie esperaba tan numerosa? ¿Cómo pudimos ser sólo 166.000 si, según afirman los mismos medios, fuimos alguno más que el casi millón del 4J?

El 166.000 debió ser que no contaron a los adultos. Huele a fascistoide este control de la información cuando los hechos no le gustan. Pero al menos, el más de un millón de personas que estábamos ahí, los que nos miraron y también ellos, sabemos que esa cifra no es verdad. Al mismo tiempo quiero remarcar, contra los titulares de muchos medios, que nadie fue contra los homosexuales, sino que fuimos, exclusivamente, a favor de las familias y de los niños.

 

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