Un incalificable asesinato
El progenitor de Eluana Englaro, la italiana de 38 años en estado vegetativo desde 1992, aguarda en un sanatorio que se le aparte la alimentación y la hidratación vigilada que la salvaguarda de la muerte.
Abre y cierra los ojos y resopla ella sola. Se estima que la desconexión, que la tiene ligada a la vida, atraerá a la muerte 15 ó 30 días después, tras una patética agonía provocada por el hambre y la sed.
En unas manifestaciones que recoge el rotativo "La Repubblica", Giuseppe Englaro exigió que "se tienda una cortina" junto al lecho de su oriunda. El silencio y la soledad han sitiado a Eluana en el chiringuito "Quiete" de Udine, al noroeste de Italia donde, en los próximos días, será asesinada.
El papá de Eluana ha iniciado lo que le ha permitido el Tribunal de Casación de su terruño, al estimar recto, el pasado mes de noviembre, interrumpir el proceso de alimentación asistida que sostiene con vida a su primogénita. Eluana permanece en estado vegetativo desde 1992, año en el que padeció un siniestro automovilístico.
El cardenal Javier Lozano Barragán, calificó la desconexión del tubo que la alimenta de "abominable asesinato", y solicitó, en una entrevista concedida a La Reppublica, "detener la mano asesina" que tornará en realidad el fallo de la máxima instancia judicial.
“La eutanasia es una falsa solución al drama del dolor; una solución indigna del hombre”. Durante el Ángelus del pasado domingo, Benedicto XVI ha condenado la “muerte dulce” porque “la verdadera respuesta no puede ser la de provocar la muerte, por más dulce que sea, sino testimoniar el amor, que ayuda a afrontar el dolor y la agonía de manera humana”, señaló el pontífice.
