Invertir en defensa es invertir en democracia
Una condición necesaria para la democracia es la Seguridad Nacional: es anterior a todos los demás objetivos de un Estado, ya que salvaguarda sus bienes y asegura su funcionamiento, y la Defensa Nacional es el instrumento que la hace posible.
Un Estado de Derecho no ampararía la fuerza del derecho sin reservarse para sí el derecho de la fuerza. Este monopolio de la violencia por parte del Estado o Gewaltmonopol des Staates, como lo denominaba el sociólogo Max Weber, hace que la ley se cumpla en beneficio de todos, tanto ricos como pobres. Porque, si la Defensa no la proporcionase el Estado, como ocurre en otros países, solamente los ricos gozarían de libertad y seguridad, ejerciendo su propia ley, y, la democracia aboga por lo contrario.
Conseguir este objetivo requiere de sólidos recursos humanos y material de defensa. Pero, ¿qué hay detrás de la Defensa Nacional? Simplificando enormemente: el Ministerio de Defensa y la industria de defensa. Demos algún dato para conocer mejor a estos actores y despejar el ruido del que, frecuentemente, vienen acompañados.
La industria de defensa española, caracterizada por servir a las necesidades y prioridades de las Fuerzas Armadas del Estado, representa el 9.3% del PIB Industrial. Genera unos 100.000 empleos de personal cualificado con un alto grado de formación, un nivel salarial un 80% superior a la media, y, por último y no menos importante, una recaudación de impuestos que retornan de nuevo a las arcas del Estado. Sus centros de producción están distribuidos por las distintas comunidades autónomas, encabezadas por Madrid (219), seguido de Andalucía (188) o País Vasco (126), entre otras, haciendo un total de 714 centros por todo el país, fomentando así la descentralización territorial. Al contrario de lo que se puede pensar a priori, no es únicamente la gran empresa la que constituye este sector: En España, el 72% de las empresas de defensa son PYMEs, el 22% MID-CAPs y sólo el 6% están categorizadas como grandes empresas.
En cuanto al personal del Ministerio de Defensa y sus misiones acometidas en territorio nacional e internacional:
-- Ayudan en la extinción de los incendios que asolan nuestros pueblos, bosques y cultivos todos los veranos.
-- Establecen mecanismos de respuesta ante crisis como la del Ébola o el Covid19 que tan tristemente acabaron con las vidas de muchos españoles.
-- Patrullan nuestras costas controlando el tráfico ilícito marítimo.
-- Desactivan artefactos explosivos en costas y playas.
-- Lideran el Servicio de Búsqueda y Salvamento Aéreo (SAR). Monitorizan y vigilan el tráfico aéreo.
-- Garantizan la seguridad TIC de las diferentes entidades del Sector Público, entre otras competencias.
-- A nivel internacional realizan una gran labor promoviendo misiones de paz en países con un contexto geopolítico tan complicado como son Mozambique o Mali entre otros.
El aumento en presupuesto de Defensa contribuye directamente a ellos: Una industria nacional que genera empleo de calidad, I+D, mayor recaudación y descentralización. Un capital humano que pone su vida a disposición de la Nación para que tengamos menos atentados, menos incendios o menos personas ahogadas en el mar.
Invertir en defensa proporciona más soberanía, más solidez económica y más libertad. Invertir en defensa en un Estado de Derecho, es invertir en democracia.
Margarita del Castillo Sancho
Gerente de desarrollo de negocio de defensa para Europa. INDRA
Doctorando en competitividad empresarial por la Universidad Pontificia de Comillas-Deusto: Política industrial para el fortalecimiento del marco estratégico industrial como potenciador de la soberanía y autonomía nacional española
