Un juicio con pantallas de plasma

Espero que este año llegue a ser "El año de la VERDAD". Si el Tribunal continúa trabajando en esta dirección, y hasta hoy no hay motivos para pensar lo contrario, tenemos el convencimiento de que daremos un paso importante de aproximación al conocimiento de la verdad de lo ocurrido.

No estoy seguro de que sea habitual la transmisión de juicios "Urbi et Orbi" pero el primero, relativo al 11-M parece, que entre otras, mantendrá esta característica identificativa: su transmisión en pantallas de plasma.

Ante todo he de confesar mi desconocimiento del mundo del Derecho. Por esta razón no voy a entrar en aspectos técnicos. Sin embargo, como parte en dicho proceso, creo que me asiste el derecho de hacer algunos comentarios, utilizando, dentro de lo posible, un razonamiento lógico al alcance de cualquier persona con capacidad para utilizar la razón en el análisis de los hechos.

Hace unos días dije públicamente que tenía la esperanza de que "el año 2007 fuera el año de la verdad" y hasta ahora no me arrepiento de haberlo dicho. Tres años después de los horribles atentados que nos dejaron huérfanos de nuestros seres queridos y con otros muchos disminuidos en sus capacidades humanas y vitales; lo único que se nos ha ofrecido desde nuestro Gobierno, desde nuestro Parlamento y desde nuestro Poder Judicial, han sido: silencios, teorías sobre la masacre, la mayoría faltas de documentos probatorios y la machacona frase de "Dejemos actuar a la Justicia".

Pues bien, la Justicia empieza a actuar, y digo que empieza porque, hasta ahora no lo había hecho. Pero creo que el punto de partida para poder garantizar el éxito de la vista oral es la calidad del sumario instruido y, en este requisito, mantengo mis dudas de que tanto el Sumario, como el Auto de Procesamiento respondan a las mínimas exigencias de una instrucción bien realizada, con todas las garantías de que se han seguido todas las pistas posibles sobre la autoría de los hechos desde la concepción intelectual de la trama, la planificación de la misma, su ejecución y la explotación del éxito que una masacre de este tipo debe de conllevar. Un atentado puntual para obtener publicidad por parte de los ejecutores, se realiza con una logística adecuada al caso, pero una masacre con las consecuencias y repercusiones que ha tenido la del Corredor del Henares no es previsible que se quedara sólo en causar el mayor daño posible y con ello quedó cumplida la misión.

En el caso que nos ocupa ha habido una planificación minuciosa tanto de la logística, como de la justificación de los hechos, como de la presentación de pruebas, más o menos fiables, como de la explotación del éxito. Por concretar algo que está en la mente de todos: la situación sociopolítica de la España del período 2004-2007, no se justifica sin la masacre del 11-M. Si alguien me razona y prueba lo contrario, estoy dispuesto a retirar mi hipótesis sobre las repercusiones de los atentados de Atocha.

Pues bien, el juicio ha dado comienzo el pasado día quince y los comentarios que me vienen a vuelapluma son los siguientes: “El Tribunal ha mandado realizar una peritación de los explosivos del 11-M”. Creo que dicha peritación debe de ir encaminada fundamentalmente al conocimiento de los explosivos utilizados en los focos de explosión y que fueron los responsables de los daños humanos y materiales. No es concebible por el más lerdo de los analistas que, tres años después de los hechos, esta incógnita, fundamental en la investigación, no se haya despejado. ¿Qué le impidió al juez del Olmo llevarla a cabo?

Otra decisión del Tribunal que juzga el 11-M ha sido el llamar a declarar a personas de ETA de las que había conocimiento de su relación con los imputados del 11-M. A cualquier persona no mermada en sus facultades mentales le resultará normal y razonable que se inicie una investigación en esta dirección. Tampoco entendemos, los más castigados por los atentados, que estas investigaciones no se realizaran en el período de instrucción.

Si mi información es correcta, también se han solicitado las intervenciones de algunos testigos en la Comisión Parlamentaria de Investigación. Suponemos que su análisis estará justificado. En repetidas ocasiones hemos dicho que dicha Comisión y la Investigación Judicial no podían ser divergentes sino convergentes pues en ambas se debía investigar la verdad de lo ocurrido, si bien en el caso de la Comisión Parlamentaria se debían investigar las responsabilidades políticas. Pues bien, parece que el Tribunal está actuando con cierta lógica.

Para completar las peticiones del Tribunal, hemos de decir que también ha solicitado las primeras declaraciones de Suárez Trashorras, antes de ser detenido, pero parece que dicho documento está clasificado dentro de la lista de "secretos oficiales". La entrega del mismo debe decidirse en Consejo de Ministros. Esperamos un buen desenlace pues si los "secretos oficiales" no están al servicio de descubrir la verdad del mayor atentado terrorista de España y Europa, ¿para qué queremos los secretos oficiales?

 

Después de lo que antecede creo que tengo motivos para esperar que este año llegue a ser "El año de la VERDAD". Si el Tribunal continúa trabajando en esta dirección, y hasta hoy no hay motivos para pensar lo contrario, tenemos el convencimiento de que daremos un paso importante de aproximación al conocimiento de la verdad de lo ocurrido. Lo de las pantallas de plasma, su retransmisión en directo, el reparto de acreditaciones etc. serán anécdotas para ciertos medios de comunicación interesados más en la anécdota que en despejar las tinieblas que siguen ocultando un atentado intrínsecamente perverso.

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