Lágrimas de desesperación tras el buzo y la mascarilla

Personal del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla.
Personal del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla.

La desesperación y las lágrimas escondidas tras el buzo y la mascarilla, son el reflejo del agotamiento de los sanitarios en la primera línea. Empiezan a causar estragos entre los profesionales de hospitales y centros de salud los turnos agotadores, doblajes excesivos y las guardias interminables con una presión asistencial extenuante. La atención al paciente se resiente en tiempo y eficacia por sobrecarga de horas de trabajo sin descanso, el clima laboral se enrarece y el compañerismo en ocasiones se tambalea en momentos de máximo stress. 

¿Motivos?: espacios insuficientes, deficientes circuitos de aislamiento, cambios constantes de protocolos y turnos de trabajo, vacunas a sanitarios que se aplazan, y a todo esto se suma la tasa de incidencia en nuestra comunidad que no se aplana (la segunda más alta del mundo tras Portugal), y una catastrófica ocupación de camas en hospitalización y UCI.

¿Culpable el virus o nuestros gobernantes?: Fifty fifty siendo muy benévolos hacia quienes nos gobiernan. Lo cierto es que después de un año de guerra, las bajas de los profesionales agravan más esta crítica situación. Dos son las causas de estas bajas: los contagios y el derrumbe emocional de los sanitarios, tanto por el stress laboral prolongado debido a la sobrecarga asistencial, como por el cambio de actitud de parte de la población que acude a los servicios sanitarios (por suerte una minoría), que ha pasado de los “aplausos en los balcones, a las vejaciones y agresiones” según la opinión de colectivos y colegios profesionales 

Con respecto al número de profesionales infectados en nuestro país, a 28 de enero el Gobierno ha notificado 118.063 casos confirmados (un 17.5% de la plantilla nacional de sanitarios), con esta cifra España se consolida en cabeza mundial de esta triste estadística, y nuestra comunidad en el segundo puesto del ranking detrás de Cataluña. De los profesionales fallecidos, seguimos sin encontrar cifras oficiales (o alguien las ignora intencionada y cruelmente).

En los hospitales valencianos la situación es dramática. A fecha 15 de enero 3578 profesionales sanitarios en nuestra comunidad están de baja laboral. Ejemplos de este escenario de guerra pueden ser, entre otros, el Servicio de Urgencias del Hospital de La Ribera, que desde el inicio de la pandemia acumula, 11 médicos contagiados (29% de la plantilla), 15 enfermeras (25%), 10 auxiliares (25%) y 10 celadores (28%). En el Hospital La Fe según fuentes sindicales, se contabilizan en torno al 15% de profesionales contagiados desde el inicio de la pandemia, y en el Hospital Dr Peset se registran un total de 306, (14 % del total de plantilla) 

Como causas del colapso emocional de los sanitarios influyen dos factores: el stress por la sobrecarga asistencial prolongada y el cambio de actitud de una parte minoritaria de la población ante los profesionales, que en ocasiones se traduce en una reacción agresiva verbal e incluso física. Según los datos del Ministerio de Interior, publicados en la revista Redacción Médica el pasado 23 de enero, en España las agresiones a sanitarios han crecido un 32% en 2020, aumentando en el acumulado de enero a noviembre, de 727 en 2019 a 962 en 2020, siendo la Comunidad Valenciana con un 84,3% la quinta autonomía con mayor crecimiento. Los colegios profesionales de médicos y enfermería y la Asociación de Derecho Sanitario de la CV reflejan en sus informes que un 84% han sido de carácter verbal y el restante 16% de carácter físico, 2/3 partes sobre mujeres, una mayoría del 75% en atención primaria, y 1/3 de las denuncias han acabado en los tribunales. Paralelamente, los insultos en redes sociales a profesionales sanitarios se han disparado un 200% en los últimos meses.

Honestamente creo, que después de conocer todos estos datos, es prioritario que los gobernantes tanto estatales como autonómicos, tomen cartas ante esta problemática tan alarmante, que afecta a la salud de los profesionales y a la de toda la población en general. Las crecientes agresiones, unidas al peligro de contagio y la sobrecarga asistencial que están soportando los sanitarios valencianos son, en mi opinión, motivos más que suficientes para que la Consellera Barceló y el Presidente Ximo Puig pongan en marcha de manera urgente un recurso público estructurado como Gabinete de Apoyo Psicológico Covid para todos los profesionales de la salud que ven afectada su vida personal, familiar y laboral en su lucha diaria contra el virus. Creo que es un derecho de los sanitarios y una obligación para los gobernantes.

 

Enrique S. Ballester Llopis

Médico de Urgencias Hospitalarias

 

Hospital de La Ribera

Video del día

Marta Rovira confirma que negocia con Sánchez
un referéndum de independencia para Cataluña
Portada
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato