El laicismo, un peligro para la Ciencia

Sr. director: Como científico, estoy muy preocupado por la actitud del gobierno laicista del PSOE ante la ciencia. Esta semana, la comunidad científica internacional (incluyendo a la Organización Mundial de la Salud, la revista más prestigiosa -The Lancet-, varias agencias de la ONU y miles de científicos) informó de que las investigaciones científicas han demostrado que los métodos más eficaces para prevenir el SIDA son la fidelidad conyugal y la abstinencia. Pues bien, como ese hecho contradice los prejuicios ideológicos laicistas y refuerza la postura tradicional de sus adversarios católicos, la Ministra de Sanidad, en un arrebato de fanatismo anticientífico, se ha permitido decir que defender esas conclusiones es "no entender cómo está el mundo".

Pues no, Sra. Ministra, está usted equivocada. Si algo caracteriza a la Ciencia es intentar "entender cómo está el mundo". Y hacerlo con un método objetivo y riguroso que es absolutamente independiente de cualquier disputa teológica o moral entre laicistas y católicos.

Claro, que esta actitud anticientífica no es sorprendente en el fundamentalismo laico. Al fin y al cabo, fueron gobiernos laicistas quienes enviaron a la guillotina al gran químico Antonie Lavoisier, a la miseria al gran físico Luigi Galvani y al exilio al gran médico Gregorio Marañón.

 

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