La Ley mordaza y el rol de los medios de comunicación

El rapero, Pablo Rivadulla Duro, conocido musicalmente como Pablo Hasél. Foto: Óscar Cabrerizo / Europa Press.
El rapero, Pablo Rivadulla Duro, conocido musicalmente como Pablo Hasél. Foto: Óscar Cabrerizo / Europa Press.

En estos días me ha llamado la atención la presentación del "caso Hasél" en algunos medios de comunicación fuera de España. Conociendo la realidad española, suelo ver como salen los acontecimientos de España en los medios de comunicación fuera del país. Por cierto, hay que sumar también las entrevistas de los españoles residiendo décadas en el extranjero, dando su análisis en el caso concreto, en los medios de comunicación extranjero. A veces afrontamos explicaciones simplistas.

En relación con el asunto de Pablo Rivadulla Duró (Hasél), no veo menciones a otros precedentes como el pasado del rapero, sus condenas anteriores ni su apología a la banda terrorista. Los antecedentes penales en todas las legislaciones te acercan a la prisión.

Nada más después de la victoria del separatismo, ¿a qué se debe que sale ahora este hombre que solo exalta la violencia? Si vemos el perfil de los manifestantes, es gente muy joven. Si pensamos en las oportunidades de estos jóvenes, nada raro que se identifican fácilmente con la protesta, esta vez reclamando la libertad de expresión. Lamentablemente solamente acuden a la violencia como recurso más fácil y "extremadamente eficaz".

El tema de la libertad de expresión es delicado. En España la Ley de Comunicación o sea la nueva Ley Orgánica 4/2015 lleva el nombre oficial en el BOE de "protección de seguridad ciudadana". Tiene la ambición de presentarse como "la garantía de los derechos y libertades". Pero esta " ley mordaza" ha sido descrita como "un recorte de derechos" también.

Por ejemplo, si nos situamos en Ecuador, la Ley de Comunicación ecuatoriana fue aprobada mediante una consulta popular que se realizó en 2011 durante el mandato de Rafael Correa.

La Ley Mordaza ecuatoriana tenía algo importante, que era proteger contra difamación y calumnias a través de disculpas públicas del medio. Si la persona atacada demostraba que la información publicada era falsa, el medio debía retractarse. 

Pese a ser un mandato constitucional y pese a haber sido ratificada en la consulta popular, los medios de comunicación, que son muy pocos grandes empresarios, no cumplían esta normativa y cometían delitos de publicación de informaciones con el fin de desprestigio.

Hoy, los medios suelen ser simpatizantes de sus gobiernos. En Ecuador, ante atropellos contra la libertad de expresión de octubre de 2019, los medios guardaron silencio y, de hecho, en las manifestaciones se produjeron agresiones (no justificadas, evidentemente) de los manifestantes contra los medios porque existe un sentimiento bastante generalizado de hartazgo de la población respecto a los medios.

Volviendo a Europa, recuerdo que Vox fue presentado en los medios de comunicación europeos hace un par de años como ultraderechista y de mucho peligro, ahora resulta que es la tercera fuerza política española y primera fuerza nacional en Cataluña.

En fin, hay que estar atentos y no carecer del sentido común.

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