Todo está en manos de CiU

La confrontación sistemática y la crispación mantenida por los dos grandes partidos durante toda la legislatura, ha propiciado la polarización del país como pudo comprobarse en las encuestas posteriores a los debates entre Zapatero y Rajoy.

Y consecuencia de esa polarización es la tendencia al bipartidismo hacia el que tiende nuestro sistema político, como han demostrado los resultados de las recientes elecciones. Como a ambos partidos les ha ido muy bien, existe el peligro de que continúen con la misma táctica en la próxima legislatura.

Por ello me atrevo a pedir a Convergencia i Unió y a Durán Lleida, posibles árbitros de la gobernabilidad, que, si está en sus manos, hagan de puente entre gobierno y oposición imponiendo una política de moderación que acabe con la crispación y favorezca los consensos en los temas de estado que tanta falta nos hacen.

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