Marketing de indignación y bulos virtuales

Lo que ahora se conoce como "fake news" o noticias falsas, no deja de ser lo que comúnmente se conocía como bulos, pero con la particularidad de que, en el tiempo en que vivimos, las redes sociales los alimentan de tal manera que, en ocasiones, si son aprovechados convenientemente, se pueden llegar a convertir en fenómenos planetarios de una publicidad indirecta descomunal.

Resulta evidente que las redes sociales pueden construir o destruir la imagen de una persona, de una empresa o de una marca comercial, utilizando torticeramente a los internautas para difundir determinado tipo de mensajes que llegan a millones de personas.

Y según en qué caso, la repercusión pueden resultar absolutamente destructiva, o extremadamente positiva, hasta tal el punto, que los beneficiados por estas estrategias llegan a ser requeridos para dar conferencias en Universidades sobre lo que se conoce como "marketing de indignación".

Ante estas evidencias hay que hacerse varias preguntas de la óptica de la ética comercial, y especialmente, alentar a la opinión pública de las intenciones de estas "campañas de marketing de indignación" para detectar a estos a estos "piratas informáticos", para no caer en sus "redes".

Tenemos que asumir el fenómeno "influencer" en el mundo de la comunicación virtual en las redes sociales y su penetración en las campañas de marketing digital, que está sustituyendo a la publicidad conocida como convencional, en prensa, radio y televisión, y que, actualmente, si se quiere introducir un nuevo producto, un servicio,o cualquier otro producto de consumo masivo, es imprescindible tener visibilidad en la redes sociales, fundamentalmente en Twitter, Facebook, iNstagram o Whatsapppero, y resulta, por tanto, inevitable, tener que recurrir a "influencers", ya que es la manera más directa y efectiva de llegar al público objetivo del producto en cuestión. Pero de ahí a participar, indirectamente, en una campaña de "marketing de indignación, hay un camino que podemos evitar recorrer si estamos suficientemente informados.