La muerte sin careta

El debate sentimental comienza con el testimonio "escalofriante" de una mujer cuyo hijo de 36 años murió de cáncer de piel. Antes de verle sufrir habría preferido matarlo antes de nacer. Esta señora ha perdido en norte, porque la vida es sólo un paso en la tierra y, tarde o temprano, todos y ella también, acabaremos muriendo, con o sin dolor.

El debate sentimental comienza con el testimonio "escalofriante" de una mujer cuyo hijo de 36 años murió de cáncer de piel. Antes de verle sufrir habría preferido matarlo antes de nacer. Esta señora ha perdido en norte, porque la vida es sólo un paso en la tierra y, tarde o temprano, todos y ella también, acabaremos muriendo, con o sin dolor.   Paradoja: antes de verle sufrir, que no hubiese nacido. Cierto, mientras vivió alimentó mi cariño, fue feliz durante un tiempo, quizá amó. Alguno tuvo hijos, hermanos, nietos. Si cariño y sus lazos afectivos ahora se vuelven en contra. Todos los que te quisieron dicen que "no valió la pena" por ese momento último, el del dolor unido a la enfermedad y el envejecimiento.   Sólo unos pocos años y genios de la tierra descubrieron grandes enigmas matemáticos, compusieron geniales sinfonías, pintaron cuadros excelsos. Hicieron y amaron. Pero lo hicieron porque vivieron.   Vienen los momentos malos, la enfermedad, la guerra, el dolor, la tiranía. Pero si hay vida hay islas y continentes unidos por el mar del afecto. Amor es vivir y también es recordar al amado. No haber vivido es el no haber existido ni haber sido amado.   Falaz y mentirosa es la careta de la muerte.

Vídeo del día

Detenida en Madrid una kamikaze borracha y
con un kilo de cocaína en el maletero