La naturaleza no perdona en el fútbol
El domingo, día 29 de Mayo, al acabar de ver el partido de fútbol por las autonómicas, jugaban el Villareal y el Levante, me vino a la cabeza la frase: "Dios perdona siempre, los hombres a veces, la naturaleza nunca". Es que seguramente muchos aficionados al fútbol aún recuerdan el partido Levante-Barcelona, al final del cual el Barcelona se proclamó campeón de la Liga de Fútbol. También, el día siguiente, de los desafortunados exabruptos de uno de los jugadores del equipo campeón.
Los medios próximos a ambos clubes daban por seguro que el Levante salvaba la categoría y que el mal educado jugador granaría el trofeo "Pichichi" del fútbol español y el balón de oro europeo. Con la finalización de la competición, el citado día 29, no se han cumplido ninguno de los buenos deseos de los medios y aficionados partidarios del jugador.
El Levante baja a segunda división del fútbol español y el jugador se queda sin nada, sin trofeos y con una merecida multa. Y es que verdaderamente con este caso, un equipo que no quiere jugar para ganar y un soberbio jugador incapaz de conocer sus limitaciones, se cumple el refrán "Dios perdona siempre, el hombre a veces, la naturaleza nunca" y perdone la redundancia.
