El negocio de la eutanasia

Dado que el suicidio asistido es legal en Suiza, la francesa Chantal Sbire pretendía dirigirse a la asociación "Dignitas" para acabar con su vida a cambio de 3500 euros, por medio del mortífero gas helio. Lo asombroso es que según las grabaciones de la fiscalía, el helio produce una agonía de casi una hora en la que la asfixia y grandes convulsiones se apropian del desgraciado moribundo.

¿Es esa una muerte digna? Es sabido que la eutanasia implantada en Holanda es fuente de abusos, contra los menores con minusvalías, eliminados a petición de sus padres, o ancianos considerados un estorbo para sus hijos, otros simplemente para cobrar la herencia. Es frecuente que los jubilados holandeses, temerosos, emigren a Alemania o acaben muriendo en sus casas sin tratamiento médico por miedo a no salir ya del hospital una vez ingresados. La muerte es un tránsito, el sufrimiento un medio para purificar la entrada en la otra vida. La eutanasia, un diabólico atentado contra la dignidad humana.

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