Ni genios, ni santos
Las inhumanas leyes del aborto y de la eutanasia contribuirán en parte a una disminución de genios y de santos.
Conocidas son las circunstancias que rodearon el nacimiento de Beethoven, al que le permitieron sobrevivir por conmiseración.
Más próximo a nosotros, pero menos conocida, es la vida del Beato “Lolo”, Manuel Lozano Garrido, inválido y ciego, periodista y escritor, nacido en Linares (Jaén) en 1920, hace pues cien años, y fallecido en esa misma ciudad en 1971. Se está celebrando actualmente el Año Jubilar a él dedicado. Enfermedad y limitaciones que comenzaron cuando tenía veintidós años y avanzaron progresivamente hasta tener que hacer vida en una silla de ruedas; además, en 1962 perdió totalmente la vista. Nada de ello fue obstáculo para que siguiera escribiendo. En los diez últimos años de su vida publicó nueve libros de temas y géneros muy variados.
Su inquietud religiosa comenzó ya en su juventud, con once años ingresó en la Acción Católica y como resaltó Mons. Rodríguez Magro, obispo de Jaén, “se hace demasiado hincapié en el Lolo enfermo y, naturalmente, esa faceta nos impresiona mucho por la gravedad de su enfermedad, sus consecuencias y por la forma en que supo vivir esas circunstancias, pero Lolo es mucho más. Lolo es ejemplar desde su infancia y fue un joven que estuvo comprometido con la sociedad y con la Iglesia”.
Son, pues, dos botones de muestra. Pero la historia está llena de hechos palpables que con estas infaustas leyes nos hubiésemos visto privados de tantos genios y santos.
