Niceto Alcalá-Zamora. El conservador que trajo la República y precipitó la Guerra

República.
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Se suele asociar la II República a una revolución constituida por la izquierda y agrupaciones obreras. Pero es realmente Don Niceto Alcalá-Zamora quién trajo a España la República, con el riesgo que esto conllevaba ya que la I República, era recordada como una auténtica catástrofe social y económicamente.

Comienzo realizando una breve introducción a esta gran figura de la II República. Don Niceto nació en Priego, Córdoba (1877-1949). Posesor de grandes dotes intelectuales como una memoria privilegiada y una oratoria fluida y muy capaz de transmitir su mensaje con nitidez.

Hacia el año 1931, este fue muy decisivo ya que fue el encargado de traer la II República a España, siendo la máxima jerarquía de esta. No obstante, fue de los políticos más duraderos en el poder (1931-1936).

Don Niceto había realizado su carrera como Ministro de la Restauración. Fue al colapsar el régimen de M. Primo de Rivera cuando Alcalá-Zamora rechazó colaborar con esta autocracia. En marzo de 1930, la retirada de Primo de Rivera, reabrió el tránsito a la normalidad constitucional. En abril de este mismo año, D. Niceto muy catolico y nunca antes republicano, abandonó la monarquía, decisión a mi juicio arriesgada ya que la I República era recordada como una catástrofe. El motivo del súbito republicanismo, lo expone D. Miguel Maura, (otro seguidor de la monarquía) “La monarquía se había suicidado, y por ello, nos incorporamos a la revolución naciente, para defender dentro de ella los principios conservadores o dejaremos campo libre a las agrupaciones obreras y demás movimientos de la izquierda” -fin de la cita-

Fueron Miguel Maura y Niceto Alcalá-Zamora quienes aglutinaron y organizaron la corriente republicana entorno a un plan de acción y al Plan de San Sebastián. (estrategia y principio fundamental para traer la República), todo ello gracias a la primacía de A. Lerroux (jefe del P. Radical).

Ya en marzo de 1933, nacía el partido conservador y moderado CEDA, dirigido por J. María Gil-Robles y orientado por la Iglesia. Este partido no se proclamaba repiblicano, pero tampoco lo contrario. En noviembre de este mismo año, unas elecciones desastrosas para la izquierda, otorgaban el poder al centro derecha. Fue en este momento cuando todas las izquierdas reaccionaron de forma abrupta, propugnando un golpe de estado y la insurrección armada.

La CEDA y Alcalá-Zamora, coincidían en varios principios u objetivos sociales y políticos, es por ello, por lo que debía de haber existido una armonía fundamental, pero sucedió lo contrario. En el primer bienio, el presidente apenas había interferido en la labor gubernamental de la izquierda, pero por desgracia para la concordia y la soberanía nacional, esta actitud no fue recíproca, llegando a provocar un relevante choque constitucional. Estas maniobras desestabilizadoras de la izquierda, obligaron a Gil-Robles a reclamar la entrada en el gobierno, pero fue en ese monumento cuando el PSOE y la

Esquerra, se alzaron en armas contra el gobierno legítimo empujando al régimen a una situación de catástrofe.

Hacia 1935, Alcalá-Zamora, asestó dos golpes contra el centro derecha, colaborando estrechamente con Indalecio Prieto y Manuel Azaña en desatar al partido de Lerroux, siendo este el único capaz de promover la paz y atemperar los odios. Y en segundo lugar, Niceto arrojó a la CEDA del poder precipitando las elecciones en un panorama de desestabilización extrema, en ellas triunfó el denominado Frente Popular de izquierdas cada vez más incontrolable y radicalizado.

 

Reconozco que el fin principal de este artículo, es aclarar que la común afirmación de “La II República vino de forma democrática”, no me parece del todo cierta, ya que aunque esta se eligiera bajo un proceso electoral, este vino a causa de desestabilizar gobiernos legítimos y asestar golpes de estado.

(1) Mitos de la Guerra Civil

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