La nueva paranoia social

La mascarilla se ha convertido en un instrumento de paranoia a nivel social hoy como si realmente fuera algo en donde se pueda fundamentar el control del virus.

“Tienes que tener la mascarilla hasta arriba, no puedes relajarte ni un momento”, estamos al borde de que se desactive el estado de alarma y sin embargo la locura colectiva sigue aumentando apoyada en esta materia de tela que se ha dado en llamar mascarilla.

Parece que el mundo gira en torna a la mascarilla y ella es el eje en donde todo se produce.

Todavía no existen sin embargo fundamentos reales con respecto a ella sobre la prevención del contagio.

Quizás se oculten otras cosas ante este fenómeno de la histeria como por ejemplo el no querer realmente comunicarse con el otro, apoyarse en ella para ocultarse aún más al igual que muchos se ocultan mirando el móvil.

Es una excusa hoy para no establecer relaciones humanas coherentes, es un apoyo para reprimir, fiscalizar y mirar con el ojo blanco a muchas personas.

La mascarilla ha puesto la guinda del fin de esta sociedad que no quiere el cambio y que huye constantemente de él con el culo contra la pared como si en cualquier momento fuera a producirse un acontecimiento maligno y perjudicial.

La mascarilla viene que ni pintado a muchos que no desean una sociedad abierta e igualitaria.

Cada uno lleva su propia máscara y se instala abiertamente un mundo falso.

Un mundo que no desea comunicarse y ponerse en las sandalias del otro.