El peor dato de paro de la historia. Tenemos que empezar a pensar en el futuro
Mañana se presentará el peor dato de paro de la historia. Partimos de febrero con 3.246.000 parados, y la cifra al cierre de marzo será aterradora, astronómica. ¿A cuántos parados llegaremos? ¿5 millones? ¿6 millones? ¿8 millones? Y quizás, la cifra que nos den no sea correcta, y es que la administración laboral está absolutamente desbordada.
El mercado de trabajo está roto. Vivimos quizás la situación más peculiar imaginable, y que no estaba en la mente de nadie. Es una auténtica locura y, en muchos casos, injusto. Un mini análisis del mercado de trabajo HOY y en el que nadie sabe, con certeza, cuántas personas hay en cada grupo:
Personas afectadas por un ERTE: unos cobrarán simplemente la prestación del SEPE y otros la tendrán complementada con lo que aporte su empresa.
Teletrabajadores: mantienen su salario, enfrentándose y aprendiendo una nueva forma de trabajar.
Personas en su casa sin trabajar y cobrando su salario completo (pienso en funcionarios que no teletrabajan o políticos. ¿No es injusto?
Personas acudiendo a su puesto de trabajo todos los días, dejándose la piel y sintiendo “miedo” real que cobrarán lo mismo que el mes pasado; ¿no se podía obligar a pagarles un plus de peligrosidad? Los héroes, desde el médico al barrendero.
Trabajadores con “permiso retribuido recuperable”, un enorme sobrecoste para las empresas.
Nunca hubo tantos empresarios pensando que estaban arruinados y que no podían afrontar los pagos de este mes.
Nunca hubo tantos desempleados pensando que ahora es imposible encontrar trabajo.
Es una situación de gran alarma, preocupante, con Consejos de Ministros que se celebran casi a diario y que emiten normativa de forma acelerada, sin reflexión, y que se publican prácticamente cuando entran en vigor. Además tienen, a posteriori, que matizar, explicar o corregir. Normas urgentes, a la desesperada, sin pactar con los interlocutores sociales, sin hablar con la oposición… sin analizar mínimamente el coste-impacto; y, especialmente en estos momentos, necesitamos sensatez y templanza, sin renunciar a la urgencia.
La situación sanitaria es absolutamente dramática, pero la situación de la economía y el empleo es dantesca. Hace falta que se empiece a pensar en el futuro. Y el futuro se empieza a construir hoy. Un futuro que será muy distinto a lo que cualquiera de nosotros hubiéramos imaginado. ¿Cómo nos comportaremos en el futuro en nuestras relaciones personales? ¿Cómo nos comportaremos como consumidores?¿Qué mercado de trabajo quedará?¿A qué mercado de trabajo debemos orientarnos?
Momento de miedo, de solidaridad, de generosidad, de creatividad… y de empezar a preparar un futuro que no sabemos cuándo empezará, pero que llegará.
