Soy pirata

El Parlamento ha legislado que todos los usuarios de material capaz de reproducir o almacenar material informático es pirata, yo dispongo de este material, luego yo soy pirata. Y es que la Sociedad General de Autores, conocida por ser un lobby muy proclive al Gobierno socialista, ha visto cumplida su aspiración de gravar preventiva y indiscriminadamente los ordenadores, los DVD, los CD, los teléfonos móviles, los lápices electrónicos, los MPs, y cualquier aparato o soporte capaz de reproducir o almacenar cualquier obra con derecho de autor, todo con el argumento del "por si acaso". De ésta manera todo poseedor de un aparato se hace presunto pirata y se culpa de piratería a todos los ciudadanos españoles.

Es una argumentación falaz que esconde, sin duda, su verdadera finalidad recaudatoria para premiar no precisamente a los buenos y auténticos creadores, que a la postre se verán perjudicados, pues las ventas de sus obras descenderán, sino a una legión de creadores de obras de poca calidad que pocos conocen y nadie iba a copiar. Son parásitos que han encontrado un filón por el mero hecho de autodefinirse artistas y creadores, al igual que muchos cineastas cuyas películas nadie va a ver y que incluso algunas ni siquiera se estrenan. Sin duda, es el pago del partido al apoyo del "no a la guerra" o a las negociaciones con ETA. Seguramente serán en el futuro los verdaderos creadores los que pidan la supresión de este absurdo impuesto, y ello con independencia de los recursos de todo orden que se avecinan. También serán ellos los que nos liberen, a todos los usuarios que nunca hemos pirateado nada, del sambenito que nos han colgado.

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