¿Popularidad o carisma?

Isabel Díaz Ayuso.
Isabel Díaz Ayuso.

¿Aceptamos “popular” por: “en boca de todos”? o por: ¿“precios bajos”? o por: ¿“de uso por todos”? Sin embargo, “populismo”, no es tan fácil de conceptuar. Vayamos a Wikipedia, que también cita a la RAE. Remito a la primera  por parecerme enriquecedora para los simplistas, y por respeto a su autoría con puntos y comas. En esa perspectiva histórica en la que está fundamentada la reseña, pronto nos damos cuenta que nuestro Parlamento haría bien en tener asientos para árbitros lingüistas e historiadores, porque nuestros políticos (y otros allende) parecen “dispararse” con las mismas “balas” lingüísticas, sólo que las interpretan según les convenga.

Y traigo esto al caso por los comentarios periodísticos que han llenado páginas con motivo de la personalidad de la Sra. Díaz Ayuso. Por ejemplo, según “El Español”: Antonio Scurati, 'biógrafo' de Mussolini: "el triunfo de Ayuso y el uso de los bares es populismo”. ¿Qué sentido político ha querido dar un escritor extranjero a su definición?  Porque, compararla con Trump, en una entrevista en la sexta  https://www.elperiodico.com/es/yotele/20210509/ayuso-trump-guillermo-fesser-lasexta-noche-hecho-11711456, dado el aparente mal gusto que ha dejado en las opiniones sociopolíticas internacionales el penúltimo presidente de EEUU, puede parecer peyorativo. Mientras que,(no es que yo quiera granjearme favor alguno del director de este periódico): https://www.elconfidencialdigital.com/blog/javier-fumero/esconde-isabel-diaz-ayuso/20210507181957239661.html?utm_medium=email&utm_source=Newsletter&utm_campaign=20210510&utm_term=Javier%20Fumero&&utm_content=email&&  me parece, que sus argumentos se acercan más a su mejor faceta humana (que es el sentido que he querido dar al respecto en este mi artículo)

Por otra parte, no estoy muy de acuerdo, con el texto añadido al cartel taurino que encabeza. Porque todavía le queda mucha corrida al “diestro” (ella) para avanzar si terminará con “trofeos “demostrables (tome mis palabras como primer “aviso”). Esa jerga popular es gratuita y provocadora. Ella misma debe tener a raya a todos los aplaudidores y aplaudidoras. Que no le pase como a otro político que parece vivir más de los aplausos de sus comparecencias, que del reconocimiento de una opinión pública objetiva. La administración de la cosa pública, sobre todo en este duro periodo de vacas flacas, requiere humildad y sabiduría, lo que parece escasear mire Ud. a su derecha o a su izquierda. Menos mal, que el ingenio popular, que no nos falla, pronto se vino a recordar que en lo de los toros, los profesionales son los vencedores: “el Juli (y no Ayuso) fue el triunfador de la tarde”.

Vayamos a lo del “carisma”. Porque la mujer de la que estamos hablando lo tiene. No sé si necesitamos sociólogos o psicólogos de masas, para que mejor lo argumenten, o, lo nieguen. De nuevo invito a consultar Wikipedia. Creo que en este somero análisis, “popularidad” y “carisma” se solapan. ¿Quiénes de actores o actrices, toreros o fubtolistas, figuras del arte, religiosas, militares o políticas, han tenido el carisma para desatar pasiones y conductas poco racionales y arrastrarlos a cruzar montañas y ríos? Y no siempre en la dirección correcta, como la Historia nos enseña. ¿Son los rasgos antropomórficos, o, el lenguaje per se y no tanto lo que se dice? ¿A alguien se le ha ocurrido pensar que nuestro mismo personaje podría haber sido la candidata de otro partido y haber ganado? ¿Acaso un actor como Cantó ha tenido el mismo tirón? Como anécdota, recuerdo, que en una universidad de EEUU se intercambiaron los “papeles” entre el profesor que enseñaba la materia de su propio laboratorio y experiencia, y un actor profesional. ¿Quién creen Uds. que  fue más “popular” con los alumnos?

Nos cabe finalmente reflexionar – dado que la Filosofía vuelve a ser materia reclamada en los “oscuros” tiempos que corren, si no nos ha llegado ya el tiempo en el que la democracia sea guiada por figuras con carisma e intelectualidad.  Que no sean simples elecciones internas a dedo de unos pocos, no importa el partido. Hace unos 2400 años, Sócrates entró en conflicto con los demokratas de su tiempo por sugerir que sólo la gente con un nivel educativo adecuado debían de hacerse cargo de la res publica.  Hoy he leído en un whatsapp que me ha entrado en el teléfono : (sic) “Hemos de eliminar la gigantesca industria política que se ha generado y consume cerca de 25.000€ millones al año”. Prf. Gay de Liébana

 

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