Presunto sainete

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias.

Dando por hecho que aún no se ha cercenado el derecho a expresar nuestro pensamiento u "opinión", afirmo que quienes fomentan el fanatismo y las bajas pasiones para llegar y-o mantenerse en el poder, con "dejación consciente" del deber de procurar la paz, el bienestar y la cohesión social de todos los ciudadanos son "canallas de la peor especie".

Establecido esto, "opino" que somos muchos quienes caemos en la trampa de dirigir nuestros dardos al triste señuelo en que ha devenido Pablo Iglesias, a estas alturas intrascendente, aunque todavía necesario colector de las miasmas que nos produce la sola visión del Dr. Sánchez, responsable político del drama sanitario, social y económico que nos aflige.

La evidente "sobreactuación" del Sr. Iglesias en la campaña madrileña, también en "mi opinión" con magnificación de la "amenaza" a su persona, que no a “hechos” consumados y realizados con piedras a modo de proyectiles de 2 kg lanzadas a "otros" y que Iglesias niega siempre, evoca los espantosos sucesos de Puerto Hurraco que debieran hacerle reflexionar que, en el semillero del odio, sentimiento primario de ida y vuelta siempre recoge la cosecha quien lo cultiva.

Se trata, también es opinión, de un individuo que hace tiempo traspasó los límites de lo tolerable como elemento útil de un "sistema" para la defensa de intereses siniestros e hizo de él un "seudo líder de diseño" aprovechando su mentalidad burguesa de aparentes tintes revolucionarios, más un comportamiento de "adolescente tardío" comórbido con narcisismo extremo.

Seductor retratado por las declaraciones realizadas, por el momento, de solo una de sus ex alumnas a la que según algunos medios dijo "la esperaba en los lavabos de un bar" e interpretable por un afán de externalizar sus clases particulares. En realidad, un asunto turbio que todo indica tendrá un recorrido judicial a instancias del Sr. Iglesias por injurias o calumnias similar a la que "nunca interpuso el Dr. Sánchez" por la acusación de otro medio de haber copiado su tesis doctoral.

"Marqués" de la incoherencia entre sus palabras y hechos, “ha vuelto a interpretar otro "sainete" que, aun habiendo recibido unas balas de fusil metidas en un sobre, alguien le debiera recordar que “sus ponderados etarras” las metían en las cabezas de sus víctimas, habiendo quedando lo suyo en esa penosa interpretación que las alumnas de un colegio de ursulinas habrían mejorado.

Termino con una reflexión: No serán teatrillos de individuos cuyo único objetivo es el poder llevando de paso a los ciudadanos a la condición de absoluta alienación y desprecio de la excelencia, la vida y la familia, lo que hace necesaria una reacción drástica que como seres trascendentes, nos impulse de nuevo por la senda de los valores, ahora cubiertos por las cenizas del placer y la irresponsabilidad.

Creer serán estos "estadistas" quienes nos saquen del pozo de tanta miseria moral es una entelequia y una temeridad al carecer de "objetivos propios" que no sean el boato que el poder real que otros les proporciona y que desde luego no serán para el bien de los ciudadanos.

 

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