Rescates y salvamentos de vidas humanas en el corazón de España

Activistas provida ante una clínica abortista.
Activistas provida ante una clínica abortista.

Hay un lugar en Madrid donde apenas da el Sol y hace un frío desgarrador.

Hay un lugar en Madrid donde suceden monstruosidades que no merecen la más mínima referencia en los Telediarios más vistos de nuestro país.

Ese lugar es exactamente la esquina madrileña donde está la llamada “Clínica Dator”, centro donde se ejecutan miles y miles de abortos todos los años contra vidas humanas en fase embrionaria, en el último año prácticamente 100.000 vidas humanas en toda España.

Allí se respira a muerte y desolación.

Como todos los años en la mañana del día del 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, acudí a acompañar a mi primo Don Jesús Poveda de Agustín en su defensa activa de los “nasciturus”.

Es evidente que si hay hoy un Santo en España, junto con Fray Santiago Cantera, ese es mi primo.

Lleva décadas y décadas rescatando de los horrores legales a cientos y cientos de niños. Se estiman en más de 1.000 las vidas humanas que ha rescatado de las clínicas abortistas sólo en Madrid.

Pero ese esfuerzo requiere un sacrificio; todos los años, o casi todos, Jesús es detenido, como lo fue nuestro Dios, esposado y conducido a Comisaría; sacrificio que merece la pena si ello es en favor de mantener viva la lucha activa contra el aborto y todo el dolor que genera, tanto en la madre gestante como en el padre que no ha podido ver los ojos de su hijo malogrado, y en definitiva también en la Sociedad que conformamos.

En cada fría mañana del 28 de diciembre en esa esquina de la muerte no se ven a los políticos pidiéndonos el voto, ni a las cámaras de televisión vendiéndonos su publicidad, ni las suculentas cuentas corrientes que genera ese negocio del crimen; ese día se respira el Heroísmo de un Hombre que no se rinde, y al que acompañan personas que le siguen, que van desde venerables ancianos a tiernos niños con el chupete aún en la boca.

 

Una simple sentada de pacífica protesta a las puertas de la clínica Dator, sin molestar ni perturbar el paso a su interior a nadie, ello ya supone inmediatamente la filiación policial de todos los allí presentes. Así reacciona el Estado. Quedo atento a recibir el expediente gubernativo sancionador, y la verdad es que lo haré encantado. Es de los castigos que merecen la pena. Que nos dignifican.

No hay disturbios ni algaradas en ese día en esa fría mañana, mucho menos incendios ni lanzamiento de adoquines. Se lucha con la presencia y con la voluntad de las gentes pacíficas.

Se ve que a los Policías no les agrada nada ese servicio. Que haya más agentes de la autoridad que adultos y niños sentados pacíficamente es algo desproporcionado, y ello no es óbice para presenciar que alguna mujer sea ingresada forzadamente en Dator, por parte de su tirano correspondiente.

La ideología de género no entra en la violencia que sufre la mujer para obligarla a abortar. Las instrucciones políticas dadas a la Policía es vigilar sólo a los que protestan pacíficamente, no cómo son ingresadas en dicho Centro algunas mujeres embarazadas.

Ya sabemos que el 100% de las mujeres que ingresas en los CETI son controladas por las mafias de la prostitución y que una vez que cruzan el estrecho de Gibraltar gracias al Estado Español, que es quien las traslada al continente europeo, son abandonas a su suerte, es decir, introducidas a la fuerza de nuevo en las redes de la prostitución, pues la autoridad gubernativa pierde el rastro de todos ellas en menos de 48 horas, algunas de las cuales son llevadas a Dator a abortar a la fuerza si es que en el ejercicio de su actividad ilícita quedan en cinta; al fin y al cabo, la prostitución computa para el P.I.B., gracias al señor Montoro. Y la droga también.

Es lo que tiene el Liberalismo rampante. Todo se justifica desde la economía, el equilibrio presupuestario y el ajuste de los mercados.

Quizá nos estemos convirtiendo en un necro-narco-Estado o ya lo seamos, y no nos hayamos dado cuenta.

Pero no todo es muerte y desolación en esa esquina del frío del sacrificio humano; no todo está perdido, también hay sitio para la esperanza y para el milagro, también hay sitio para el salvamento y para el rescate en la capital de España, sin necesidad de ONGs subvencionadas desde fuera o desde dentro, o de tertulianos de postín.

Justo cuando el Doctor Poveda estaba siendo detenido y esposado, hay una chica joven de profundos y bellos ojos negros que iba decidida a entrar en Dator a aplicarle la pena capital a su hijo inocente, cuando una persona de los “resistentes” advierte que en esa cara hay sitio para la esperanza y para el milagro, y trata de convencerla para que no lo haga.

Basta una sola pregunta: “¿Deseas tener a tu hijo?”, a lo que responde con un “Sí” muy clarividente.

En ese momento se activó todo el protocolo de salvamiento y de rescate, y se le informa de la existencia de casas de acogida y de trabajos adaptados para las madres gestantes, de tal manera que las mujeres embarazadas que desean tener a sus hijos puedan hacerlo, y sentirse en todo momento respaldadas humana y económicamente.

No se trata de imponer, sino de convencer. De dar opciones. De informar para que la libertad humana se imponga a las dificultades. Para que la Vida derrote a la Muerte.

Detrás de esa iniciativa salvadora no estaba el dinero del Señor Soros, sino algo mucho más poderoso; “La Oración de los niños y de los jóvenes”, poderosa arma pacífica que es capaz de derrotar al Mal y a la tibieza de los cobardes.

Mientras que una luz de esperanza se encendió en el corazón de esa madre gestante que acudía desesperada a ese centro, mientras que el Doctor Poveda estaba en el suelo esposado, un grupo de jóvenes y niños estaba rezando el Rosario en la puerta de la Clínica Dator, los distintos misterios, una a una las oraciones que la componen.

Ese rescate y salvamento se llevó a cabo, sin violencia, desde la oración, desde el testimonio, desde la resistencia y desde la detención del Doctor Poveda.

Es ese momento sentí calor, sentí la luz invisible, sentí un gran consuelo. Y hasta los ojos de los Policías que estaban atentos a lo que sucedía brillaron de profunda emoción. Tenemos una Gran Policía cuyo patrón son los Angeles Custodios, no lo olvidemos. No hubo ningún reproche esa mañana hacia ellos, sino respeto y reconocimiento por su dignidad.

España no está perdida mientras queden españoles como el doctor Poveda, y jóvenes y niños, y demás personas que le acompañan.

España no esté perdida mientras haya Oración y haya Fe, pero también compromiso heroico y lucha activa por la Vida.

No hace falta esperar a los Telediarios para reconfortarnos con los rescates y salvamentos en espacios lejanos; en el corazón de España, en Madrid, también es preciso tomar conciencia de que hay muchas personas, no nacidas, a las que hay que salvar y rescatar.

Para el 2020 tenemos por delante un objetivo importante; a más de 100.000 niños no nacidos en peligro de muerte a los que debemos rescatar y salvar.

Este 28 de diciembre en la Clínica Dator conseguimos rescatar a uno, y digo todos, porque yo también estaba rezando ese Rosario, aunque no es algo, he de reconocer, habitual en mí.

Ese día ya forma parte de mi vida, de mis recuerdos más felices, como los ojos de esa madre gestante que había recuperado su ilusión por la vida de un hijo que llevaba en sus entrañas.

Todos estamos llamados a ser “Rescatadores” y debemos ponernos a la gran obra.

Rescatadores de vidas humanas aún no nacidas en peligro de ser sacrificadas.

Y en los más profundos abismos, un grito desgarrador de La Bestia reconocía así su derrota y fracaso. La especie humana no le pertenece. Todos somos Hijos de Dios, especialmente los concebidos y no nacidos. Aquellos a los que estamos llamados a rescatar.

Sólo queda que esa calle, que hoy lleva por nombre “Hermano Gárate”, el de un heroico jesuita, comparta ese honor con el de Plaza de “Los Santos Inocentes”, para que nos quede perpetuo recuerdo del Genocidio allí llevado a cabo en Dator, para que no vuelva a suceder jamás lo que lleva sucediendo desde hace más de tres décadas en España.

Aquí el Alcalde de Madrid, como las fuerzas políticas que lo sustentan, podrían tener un gesto hacia la especie humana, para que la Capital de España deje de ser lo que es; un lugar mucho más peligroso y espantoso para el género humano que el Estrecho de Gibraltar y que cualquier lugar del Mundo.

Ya no se trata solamente de que un nuevo partido político esperanzador pida en Sevilla una Misa por los abortados, sino de saber aplicar aquellas medidas que, sin tener tanto impacto mediático, puedan sentar las bases de la verdadera recuperación moral que necesita nuestra Patria, que debe pasar inexorablemente por un respeto escrupuloso hacia los más inocentes, que son los concebidos y no nacidos a los que, entre todos, debemos rescatar.

Guillermo Rocafort

Filósofo y Pensador

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