¿Se respetan los Derechos Humanos universales?
Tras el 60º aniversario de la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aún quedan pendientes ciertos flecos que no terminan de de consolidar el espíritu que aquella Declaración pretendía inspirar a perpetuidad, a todas las generaciones.
Todavía existen Guantánamos donde se violan derechos fundamentales, sigue vigente la pena de muerte en países teóricamente desarrollados, las agresiones, abusos y acosos sexuales están a la orden del día, como las privaciones de derechos a los fetos abortados (niños pequeñitos) por no dejarles nacer, violencia doméstica en aumento, desequilibrios económicos que generan inmoralidad hacia las personas, y un prolijo etcétera para dar contenido a numerosas denuncias. Así pues, ¿dónde quedan las buenas intenciones y los retos de la depauperada Declaración recientemente aclamada?
Papel mojado si no existe voluntad firme de orientar los ordenamientos jurídicos hacia la justicia en vez de acomodarlos hacia el cumplimiento de protocolos meramente legislativos que establecen formal y asépticamente los modos de actuar sociales. El ser humano es digno de que se le valore desde la perspectiva de la igualdad que a todos nos conforma. La primacía de unos sobre otros genera el fracaso de los pretendidos derechos por no analizar el fundamento que los ampara.
