Sanidad Pública y atención sanitaria mixta

Sanidad Pública y atención sanitaria mixta.
Sanidad Pública y atención sanitaria mixta.

Cuando en los medios de comunicación, e incluso en nuestras cotidinas conversaciones, nos referimos a Sanidad Pública, utilizamos esa expresión de forma nada rigurosa y hasta muy inexacta cuando no totalmente ideologizada. El Diccionario de la RAE entiende por Sanidad, en una de sus acepciones.

3f. Conjunto de servicios gubernativos ordenados para preservar la salud del común de los habitantes de la nación, de una provincia o de un municipio.

Es evidente, y así lo hemos entendido siempre los profesionales sanitarios, que "Sanidad" es una expresión que abarca un amplio abanico de actuaciones, en primer lugar la profilaxis o prevención de enfermedades, procurando que los ciudadanos no enfermen.

Del mismo modo, la expresión "pública" o "público", para el mismo diccionario, tiene varios significados, uno de los cuales dice:

6. tr. Inform. Incorporar al acceso público un contenido en un entorno digital.

Si cambiamos la expresión "entorno digital", por "asistencia o atención sanitaria" estaríamos expresando, con absoluto rigor y verdad, lo que se quiere decir cuando se pronuncia la frase Sanidad Pública en las frecuentes y más o menos tumultuosas manifestaciones, ya que lo que realmente se reclama es que la atención sanitaria, en un sentido amplio, ambulatoria, hospitalaria, domiciliaria, médica, de enfermería, etc; sea accesible al público, a todos los ciudadanos, en igualdad de calidad. Esta petición, que personalmente asumo totalmente, se corresponde, al menos en teoría, con la que establece nuestro Sistema Sanitario. Otra cosa muy diferente es la manera de prestar esa atención a nuestros ciudadanos.

Para no hacer demasiado extenso este comentario, añado que es deseable que esa asistencia pueda prestarse de manera tan rápida como cada caso exija, que no se produzca discriminación alguna por razones diagnósticas ni terapéuticas dependientes del lugar donde se preste, que respete la libre elección de personal sanitario, no hablo sólo del médico, del centro hospitalario o ambulatorio, de la demora en los casos no urgentes y de un largo etc. El paciente debe tener libertad para acudir al médico y centro que le merezca mayor confianza y menor demora, sin importarle quien asume el coste de su asistencia, cuyo único responsable debe ser quien recauda y administra el dinero que los ciudadanos ponemos en sus manos.

Hay Paises, no lejanos a nosotros, que esos costes son asumidos por las distintas Cajas de Enfermedad, en Alemania se les denomina "Kranken Kasse", algunas de las cuales pertenecen a grandes firmas, son las Betriebskrankenkase. Durante mis años de ejercicio profesional en Colonia, tuve ocasión de tener conocimiento de varias de ellas y su armoniosa coexistencia. En dicho modelo, el paciente tiene la garantía de recibir asistencia sanitaria en el centro asignado dentro del distrito de su residencia en caso de urgencia y, paralelamente, la libertad de dirigirse a otro diferente, incluso fuera de la población de su residencia habitual, con la seguridad de que su caja de enfermedad asumirá los costes correspondientes

En un pais federal, con diferentes Länder, como Alemania, existen y colaboran con total armonía y eficacia, centros de titularidad pública, como son la mayoría de los nuestros, con otros muchos de titularidad privada, en libre competencia, modalidad recogida en el Art. 38 de nuestra Constitución cuando reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado.

 

Por ello es sorprendente que en España, se haga la distinción de Sanidad Pública y Sanidad Privada por el sólo hecho de quien ostente la titularidad de los centros que la prestan. Además de usar una expresión inexacta, se está señalando solamente al prestador de un servicio fundamental como es la Asistencia Sanitaria ignorando otros intereses básicos del ciudadano como la libre elección y la rapidez en la asistencia sin demoras de semanas, cuando no meses. Es como pretender, por parte de los defensores de la primera y negacionistas de la segunda o de la coexistencia de ambas, que todo nuestro personal sanitario y todos nuestros centros asistenciales sean de titularidad pública, estatal, o dicho de otro modo, funcionarios dependientes del gobierno de turno. Siendo coherentes con estas ideas, equivale a negar la libre competencia en sectores como las municaciones teléfonicas, nuestros magníficos AVE, nuestro suministro eléctrico, nuestras cadenas de radio y televisión y un largo etc; de cuya competencia nos beneficiamos todos. Sería un modelo de Estado cuyos resultados han quedado bien patentes a lo largo de la Historia.

El personal sanitario, a parte su vocación, necesita también libertad para organizar su tiempo, su mayor o menor jornada laboral voluntariamente elegida, el estímulo de sentirse preferido por sus pacientes y no forzosamente impuesto y unos honorarios justos. Necesitamos aumentar nuestras plazas MIR, para lo que pueden colaborar todos los Centros Públicos y Privados debidamente acreditados.

El paciente tiene derecho a buscar una asistencia eficaz y adecuada a su problema con la mayor rapidez posible y que su asignación a uno u otro centro no dependa de la simple circunstacia de de tener su domicilio en la acera izquierda o derecha de la misma calle.

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