El silencio es cobardía y complicidad

En febrero de los corrientes, la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid realizó una inspección en la Clínica abortista Isadora, a instancias del SEPRONA de la Guardia Civil.

En febrero de los corrientes, la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid realizó una inspección en la Clínica abortista Isadora, a instancias del SEPRONA de la Guardia Civil. Se encontraron en los contenedores de dicha Clínica, además de residuos biosanitarios, restos humanos procedentes de abortos practicados en dicho centro –restos fragmentados, fetos enfrascados en formol, incluso fetos con apariencia de más de 22 semanas- así como nombres y teléfonos de algunas de las pacientes.

Permítame, Sr. Director, expresar mi enorme indignación por esos actos de crueldad máxima contra los más débiles e inocentes. ¿Cuándo van a reaccionar responsablemente nuestras autoridades contra los horrores de esa clínica y de otras semejantes? Clamar contra los crímenes nazis y consentir aquí la tortura y matanza de niños grandes y pequeños en su vida intrauterina, ¿no es repugnante hipocresía? ¿Por qué la sociedad calla (no todos)? ¿Nos hemos podrido? El silencio es cobardía y complicidad.

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