Tus besos compré

¡Dímelo bajito, dime que me quieres!

Verano en pareja.

Ole, ole, aii, aii, ole, tú eres la bien pagá, la que tus indultos compré. Los niños chicos cuando lloran no lo hacen tan fuerte como tu , olé, olé.

Aiii, ouu, que llorando me decías que tu no sabías ni lo que aquellos días hacías con esos billetes que a ti y a otros le reventaron los ojetes.

Malva loca, que te pusieron un malva loca porque todo se te desvoca, aii, aiii, que el Eregate que hasta tus besos compré.

Ai niña que te doy todo, para que esta culpa no se hable, ai mi niña de mi cuna.

Soy yo, Chávez y Griñán hombres muy buenos , que no hemos hecho nada , y aqui no hay nada, aiiii, como me duele. Que me meto a monje , al Ari Crismas para demostrar mi celibato ante tanto arrebato.

¡Qué sufrimiento de estas negras espinas que hablan hasta en las esquinas!

En esta trama hasta hubo alguna que otra buena cama.

¡No maldigas paya estamos en paz!

A mi los remordimientos no me matan, por lo que dura un cantar. Aiii, oleee, lo que valía esto es nada con lo que repartí entre los que no sentía que eran amigos pero eran mis vecinos.

 

¡Dímelo bajito, dime que me quieres!

Yo que soy Juez por no crispar voy a indultar, este fondo de reptiles de rostros taciturnos y a cada uno les daré su turno.

Escúchame: ¡mañana va a salir sobre las 12a.m. un nuevo escándalo difícil de superar y este, a olvidar!

Dadme la manita, id en paz y no pequéis más. Sois de mi sangre, yo juez y parte justo y leal como Bonaparte. Por Dios mi Amparo que con ella tendré esta noche mi alivio , así lo dijo Tito Livio.

Olvidemos a los parados que no recibieron nada pues ellos no son nada.

Tiri, tiri, tiri, aiiii, iii, fatigita son las mías, son fatigas las que tengo yo de romper espigas , trabajar en el campo y dormir en las chabolas de Huelva y Almería olvidados de los hermanos todo el día.

Allí donde la tormenta suena, personajes públicos implicados señores no honrados, aii , a la puerta de un rico abriendo, llegará que los perros salieran rabiando y nada de justicia sólo avaricia y estulticia.

Na te pido, na te debo, me voy te vera, olvídame ya, he pagado con oro del moro, abogaos, empresas que pusieron las cartas sobre la mesa se carcajearon de la gente hasta delante de sus dientes.

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