Voluntad humana enclenque

Todo ser humano es susceptible de corromperse en cualquier momento, aunque su trayectoria haya sido impecable. 

Te puede parecer una persona incólume pero cuando llega a la vejez y tiene el cuerpo que no le responde como el quiere comienza a desear aprecios, títulos, premios, prestigios, aplausos, condecoraciones y más. Ya que me queda poco tiempo pues quiero retirarme para que me recuerden aunque solo sea un tiempo.

La ambición del ego puede que no tenga límites y así es.

Estamos en vida sometidos a los 7 pecados capitales por hablar en términos de la cultura occidental y como la conocida película de Seven, una mezcla de cine negro y suspenso psicológico protagonizada por los actores Brad Pitt y Morgan Freeman.

Al ser humano le encadenan el poder, el prestigio y el dinero, a otros el sexo pero viene a ser todo lo mismo.

De ese círculo no salimos y proyectamos en otros lo que a nosotros mismos nos atrapa: el ladrón piensa que todos son de condición.

Realmente si nos ponemos a pensar fríamente no hemos avanzado nada, estamos como al principio.

¿Por qué? porque avanzar supone un esfuerzo enorme, monumental, titánico, en donde ponemos al otro ser, humano, como valor fundamental nos ponemos en la silla del otro y tenemos la capacidad para sentir su sufrimiento en todo momento. Eso es tener otro estadio evolutivo, eso es percepción extrasensorial.

Estamos en ello y yo como muchos esperamos que nos dejemos de tantas justificaciones y cada uno de nosotros seamos capaces de dar lo más, inclusive la vida nuestra por otros, otros que igual no conocemos y esto se muestra en una actividad continua no en muestras generosas coyunturales.

Pero el dar es sin esperar nada a cambio, ni siquiera el reconocimiento ni ningún premio, ese es el auténtico dar , que está abordado incluso a la crítica y al rechazo, pero aún así te levantas de nuevo y sigues dando al otro.