Á vueltas con la ONU

Somos muchos los que ya no nos rasgamos las vestiduras. La ONU nació muerta y bien muerta está. Con su nacimiento, se afianzo la practica del no todos somos iguales. Y con los vetos ni tan siquiera la teoría de la Carta de San Francisco nos satisfizo a los que ni tan siquiera habíamos nacido cuando esta institución vio la luz (aunque deberiamos decir bien las tinieblas). Los más "grandes" siguen siendo los sarten por el mango. Mucho edificio para tan poco beneficio (el que esperaban los países de la miseria, me refiero) Lo de un hombre, un voto es una parodia. Embajadores, discursos, zapatazos en las mesas, alguna que otra corrupción, presidentes de casi todas las nacionalidades y tanta parafernalia ¿para qué? Por no tener ya ni tiene oradores de valía, ni paz, ni guerra, porque la ambigüedad es lo que preside, para desgracia de los más.

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