“Cebrián nos ha vendido”. Los creadores de Cuatro creen que el ‘envidiable’ perfil de cadena diseñado estos años ha quedado sentenciado tras la fusión con Telecinco
Las fiestas de Navidad no parecen haber mejorado el clima de pesimismo que se ha instalado en la zona noble de la televisión del Grupo Prisa. Los directivos de Cuatro apenas pueden ocultar su pesadumbre ante el futuro. Consideran que el modelo de televisión que han levantado estos años está sentenciado.
Según los testimonios recogidos por El Confidencial Digital, la sensación de desánimo es general y afecta tanto a mandos como a directivos intermedios y personal de base. El anuncio de la venta de la cadena a Mediaset ha sembrado inquietud y zozobra entre los profesionales de Cuatro.
Pero hay más. Algunos directivos no se pueden contener y manifiestan su indignación en reuniones informales y corrillos. El mayor agravio –explican- es asistir al derrumbe del modelo de televisión construido durante estos años.
Hay que recordar que uno de los mayores logros de Cuatro (y circunstancia que en la empresa tienen muy a gala) es el target comercial de la cadena, es decir, el perfil de la audiencia con la que cuentan: individuos de 16 a 54 años, de todas las clases sociales (excepto la baja) y de poblaciones con más de 10.000 habitantes. O sea, una excelente tarjeta de presentación ante las centrales de publicidad.
Todo esto, concluyen ahora con cierto pesimismo, va a quedar reducido a pavesas. La filosofía de trabajo de Paolo Vasile y Giuseppe Tringali, los responsables de pilotar la transición (al menos, inicialmente), es incompatible con lo realizado hasta ahora por Cuatro. Sienten que han sido invadidos de mala manera.
Por otro lado, existe cierto malestar por el desempeño del consejero delegado del grupo, Juan Luis Cebrián. “Nos ha vendido”, es la dura sentencia que se pronuncia en privado. “Esto ya no es el imperio de los Polanco; Prisa se está vendiendo a trozos”.
