El Embajador español en Brasil está buscando a Miguel Iglesias, el empresario que traerá en su avión particular a Julián Lago. ‘El Pocero’ sigue desaparecido

Al conocer la noticia, Iglesias, de madre catalana y quien lleva viviendo catorce años en Brasil dedicado a la explotación de maíz, se puso en contacto con los doctores Juan Abarca y José Eugenio Guerrero, ambos involucrados desde el primer momento en los esfuerzos para traer a España al popular periodista.

Según ha sabido El Confidencial Digital, el cónsul de España en Brasil, Manuel Fairén, lleva dos días intentando localizar al generoso empresario, para que este pueda ponerse a su vez en contacto con la familia de Lago. Sin embargo, y tal y como confirman fuentes diplomáticas, al cierre de esta edición, no ha sido posible encontrarlo aún.

Fuentes cercanas a la familia Lago explican a ECD que el “problema es que nadie del entorno de Julián tiene forma de contactar con Iglesias, quien llamó directamente a los hospitales Gregorio Marañón y Montepríncipe para hablar con Abarca y Guerro”.

A las complicaciones de salud que sufre Julián Lago se unen las acuciantes preocupaciones económicas que se dificultan su estancia en Asunción. “Para hacer frente a las cuantiosas facturas que el hospital privado Centro Médico Bautista de Asunción cobra al enfermo, su pareja y tutora legal, Yolanda Franco, está agotando ya los recursos que Lago tenía en la localidad de Simón Bolívar”, advierten varios allegados de la pareja, en referencia a los terrenos y ganado que el periodista regentaba en Paraguay.

Una vez organizado el viaje, el complejo equipo médico necesario –el respirador, el monitor, el desfibrilador, las bombas de percusión y el pulsiosímetro– se cargaría en el hospital mejor dotado de la capital brasileña, cuyos servicios también ha ofrecido Iglesias.

En esta primera parada se incorporarían a bordo el doctor Guerrero y un grupo de facultativos, quienes volarían hasta la capital paraguaya. Una vez recogido lago, realizarían un vuelo directo a Madrid. 

Iglesias se puso en contacto con los médicos españoles que desde hace meses vigilan la evolución del periodista días después de que el jet privado de Francisco Hernando, ‘El Pocero de Seseña’ sufriera una avería en la pantalla de su sistema de navegación –léalo aquí -.

Desde ese día, 20 de julio, los familiares y amigos de Julián Lago han intentado ponerse en contacto con el constructor en repetidas ocasiones, sin éxito. “No nos coge el teléfono ni devuelve las llamadas o las decenas de sms que le hemos mandado”, resume uno de ellos a este confidencial. Esta misma fuente traslada el pesar generalizado de la familia Lago por este repentino y absoluto silencio y se preguntan por qué, “una vez solventado este inconveniente, Hernando no ha vuelto a programar su viaje”.