Galiano tardó un mes en convencer a RCS MediaGroup de que debían destituir a Casimiro García-Abadillo
Los italianos se oponían a relevarle tras sólo catorce meses en la dirección de El Mundo. El presidente de Unidad Editorial amagó con no renovar su contrato
La destitución de Casimiro García-Abadillo fue una de las condiciones que exigió Antonio Fernández-Galiano para renovar como presidente de Unidad Editorial. Trasmitió en numerosas ocasiones a la cúpula de RCS su deseo de remover al director de El Mundo para incrementar el control informativo y editorial sobre el periódico.
Según ha podido saber El Confidencial Digital, Fernández-Galiano insistió al grupo propietario de Unidad Editorial durante un mes para conseguir que García-Abadillo fuera destituido de la dirección de El Mundo. Esta condición fue una de las constantes durante las reuniones en las que negoció su continuidad al frente de Unidad Editorial.
Aunque, en un principio, RCS MediaGroup se mostró contrario a esta condición, finalmente terminó cediendo al ultimátum de Galiano: “Si queréis que siga como presidente de Unidad Editorial, dejadme cambiar la dirección del diario”, vino a defender el máximo ejecutivo del grupo.
La matriz italiana amparó su negativa en evitar un segundo cambio en la dirección de El Mundo en menos de catorce meses: querían desestabilizar lo menos posible a una plantilla que había experimentado demasiados cambios en poco tiempo. A pesar de la consistencia del argumento, el presidente de Unidad Editorial se mantuvo firme en su propuesta.
El objetivo de Fernández-Galiano destituyendo a García-Abadillo era hacerse con el control de las relaciones políticas y económicas de El Mundo, cultivadas durante casi un cuarto de siglo por Pedro J. y que éste traspasó a su sucesor.
El 23 de abril, una semana antes de la destitución de García-Abadillo, El Mundo anunció la renovación de Galiano como presidente de Unidad Editorial.
