Inquietud en G+J por los nuevos ERES y por las decisiones de la recién nombrada consejera delegada

Antigua sede del Grupo Zeta.

Existe preocupación en el grupo de revistas G+J ante la eventualidad de nuevos expedientes de regulación de empleo, pero también por la decisiones que está tomando la nueva consejera delegada, Marta Ariño.

Respecto a los ERES, lo previsto es despedir ahora a unos sesenta empleados, aunque desde 2008 van ya trescientos. El objetivo final es que la plantilla ronde los 150, y con salarios más bajos.

A esa inquietud se añaden las medidas que ha empezado a tomar la nueva consejera delegada, Marta Ariño, ex directora general de Revistas del Grupo Zeta, que llegó a la empresa en septiembre.

Ariño aplicó en Zeta políticas muy restrictivas, incluso calificadas de erráticas, que al parecer lastraron el desarrollo de las publicaciones, arrojando en los dos últimos años los peores resultados de las revistas. Su marcha fue recibida con alivio, también por las difíciles relaciones que mantuvo con la mayoría de sus colaboradores.

Estos datos han llegado a la plantilla de G+J, donde se teme que pueden reproducirse con ellos. Sospechan, además, que Marta Ariño pretende cambiar prácticamente a todos los responsables de las publicaciones impresas y digitales del grupo, así como de otras áreas estratégicas de gestión y producción.

En plenos despidos, la consejera delegada se ha lanzado al mercado a buscar sustitutos, según ha trascendido, lo que ha sido recibido como demostración de su desconfianza respecto a responsables que llevan años en el cargo y a los que G+J ha reconocido siempre su trabajo.

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