La conmoción por la muerte de Loyola de Palacio en la cena de los periodistas parlamentarios y el recuerdo a otro diputado socialista enfermo

La noticia del fallecimiento de la dirigente popular Loyola de Palacio conmocionó a informadores y políticos convocados por la Asociación de Periodistas Parlamentarios. Los del PP tuvieron palabras de recuerdo para Loyola y los del PSOE, para uno de los suyos, aquejado de una compleja enfermedad.

Acababa de comenzar el acto cuando entre los asistentes a la cena en el Hotel Palace de Madrid empezó a correr la noticia: Loyola de Palacio había fallecido en el Hospital Doce de Octubre. Los periodistas se enteraron por un político nacionalista y algunos responsables del Partido Popular, por los propios informadores.

Difundida la información entre las mesas, la presidenta de la APP, María Rey, subió al escenario y cedió la palabra al senador popular Pío García Escudero. Él fue el encargado de transmitir la noticia oficialmente a los asistentes. En su breve alocución comentó que no sabía si era mejor guardar un minuto de silencio o seguir con el acto, tal y como estaba previsto.

La entrega de los premios se desarrolló como suele ser habitual. Uno a uno se fueron repartiendo los galardones en las distintas categorías, aunque las referencias a De Palacio estuvieron presentes en todos los discursos. Los socialistas también tenían en la cabeza un nombre propio: el de Alfonso Perales, secretario de Relaciones Institucionales y Política Autonómica.

Alfonso Perales también se encuentra en estos momentos en un momento delicado, aquejado de una compleja enfermedad. Resultó premiado en la categoría de “mejor relación con la prensa”, pero no pudo acudir a recoger el galardón, aunque estaba prevista su asistencia. En su nombre lo hizo el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, quien elogió su persona y su trabajo.

Algo parecido hizo Eduardo Madina quien dijo de Perales que era una persona de la que había aprendido mucho. El joven socialista recogió el galardón al “Diputado Revelación”.

En medio del pesar y los momentos para el recuerdo, hubo otros más distendidos y divertidos. Uno de ellos lo protagonizó la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández e la Vega que recogió el premio como “Azote de la oposición”. En su intervención se equivocó y dijo que era “el azote del Gobierno” y que “sin Acebes y Zaplana no habría conseguido este premio”. Su “chascarrillo” fue secundado por Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior, quien confirmó que De la Vega es “el azote del Gobierno”.

Cuando recogió su premio como “Mejor Orador” afirmó de su nueva responsabilidad en Interior que es un destino del que prefería no hablar mucho aunque era “divertido”. Añadió además la siguiente referencia: “ojalá que el año que viene lo tengamos en paz”.

El diputado de ERC Joan Tardá leyó en su totalidad “la pregunta del millón”, que hacía referencia al lenguaje de signos en lengua catalana y cómo una traducción literal de un anuncio de la Dirección General de Política Interior podía significar algo totalmente distinto a lo que se pretendía decir.

 

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