“Mobbing” a un trabajador de TV3 por motivos ideológicos y tras acusar a un directivo de quedarse con sillas de la redacción

Desde que Francesc Urgell se negó en 1991 a cortar una entrevista con Miquel Roca para dejar paso a la rejilla horaria prevista, este trabajador de TV3 denuncia haber sufrido “mobbing” en la cadena. Tras varias bajas por depresión y haber sido absuelto de una acusación por calumnias tras denunciar que un directivo de Gerona se llevaba sillas de la redacción a su casa, fue despedido en 1997. Urgell espera ahora que el Tribunal Supremo lo rehabilite en su puesto de trabajo.

Desde que Francesc Urgell se negó en 1991 a cortar una entrevista con Miquel Roca para dejar paso a la rejilla horaria prevista, este trabajador de TV3 denuncia haber sufrido “mobbing” en la cadena. Tras varias bajas por depresión y haber sido absuelto de una acusación por calumnias tras denunciar que un directivo de Gerona se llevaba sillas de la redacción a su casa, fue despedido en 1997. Urgell espera ahora que el Tribunal Supremo lo rehabilite en su puesto de trabajo.

El caso está de actualidad. Esta misma semana, Urgell ha recibido una carta del Defensor del Pueblo de Cataluña en la que se le informa que desde esta institución se han pedido explicaciones por escrito al Gobierno de la Generalitat por la actitud de TV3 ante el damnificado.

Pero todo se remonta a 1985. Aquel año, Francesc Urgell comenzó a trabajar en TV3 tras aprobar unas oposiciones. En 1991, como encargado de continuidad, regulaba la duración de los diferentes programas que se emitían en la cadena conforme a lo que estaba programado.

Durante una entrevista en directo al entonces Secretario General de Convergencia Democrática de Cataluña, Miquel Roca, se le sugirió a Urgell que diera  “manga ancha” al programa y no lo cortara. Este objetó que lo que se le estaba pidiendo era un uso partidista de un bien público. La entrevista se alargó hasta tal punto, que Urgell se vio obligado a suprimir varios programas que debían emitirse a continuación.

Según han relatado a El Confidencial Digital algunos testigos de lo sucedido, desde ese día Urgell entró a formar parte de la “lista” de personas conflictivas. Viendo que no había argumentos para un despido, se le sometió a un acoso constante y se le hizo un traslado forzoso de departamento, que Inspección de Trabajo anuló posteriormente por considerarlo improcedente.

En 1992 salen diversos puestos de trabajo en TV3 en varias localidades catalanas y Urgell solicita Gerona. Se le concede la plaza y se incorpora en junio de 1992. Allí también fue muy mal recibido y se va creando una situación de tensión contra él.

Según comentan a este confidencial las fuentes que relatan estos hechos, el delegado de TV3 en Girona impedía que Urgell pudiese realizar faenas de producción realmente efectivas. También parece que se le invitó a marchar del trabajo. El afectado denunció que sufría presiones y amenazas, lo que le provocó diversas bajas laborales por estrés y ansiedad.

El responsable de Delegaciones de TV3 le propone entonces que relate lo que considere oportuno, que explique el porqué se siente acosado por parte de algunos miembros de la cadena. Urgell elabora un informe donde explica la presión laboral que sufre, la negativa a darle trabajos útiles. Además, en el escrito incluye dos denuncias: la utilización que hacían algunas personas de vehículos de la cadena para usos particulares y la desaparición de numerosas sillas que, al parecer, se quedaba el delegado en Gerona.

La reacción de los que aparecieron señalados en el informe – Josep María Alejandre, Xavier Oller, Encarnación Biurrun, Francesc Sánchez y Jordi Carreras- fue interponer por la vía penal una querella criminal contra Urgell, el día 28 de Noviembre de 1996, acusándole de injurias y calumnias.

 

La sentencia del Juzgado de lo Penal número 19 de Barcelona, con fecha 23 de Junio de 2003, resultó favorable a Urgell. El punto cuarto del dictamen dice literalmente: “Por lo expuesto, procede absolver al acusado del delito de calumnias por el que venia siendo acusado, con expresa imposición de costas a la acusación particular por su temeridad en la interposición de la querella origen de las presentes actuaciones y por mantener la acusación a pesar de la claridad con la que se expresó el Juez Instructor en su Auto obrante a los folios 166 a 169 de las actuaciones y a pesar de reconocer uno de los querellados que, efectivamente, se llevó las sillas de TV a su casa”.

La persona a la que Urgell acusaba de llevarse sillas a su casa –el entonces delegado de TV3 en Girona- reconoció efectivamente que era cierto y se justificó afirmando que era material que sobraba y que molestaba en la redacción.

Antes de que el Juzgado de lo Penal número 19 de Barcelona dictaminara la sentencia, según informan a ECD, en Marzo de 1997, Urgell fue despedido de la cadena pública tras reincorporarse de una baja por depresión. Los argumentos del despido fueron “reiteradas faltas graves” que supuestamente había

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