Moncloa interpreta que el cese de Pedro J. moderará los ataques de El Mundo a Rajoy
Valoran que García-Abadillo maneja información propia y tiene buenos contactos con miembros del Gobierno
El cese de Pedro J. Ramírez ha sido recibido con una sensación de alivio en el Palacio de la Moncloa. Aunque el equipo de Rajoy se desvincula radicalmente de la decisión tomada por el consejo de administración de Unidad Editorial, la opinión que tienen sobre el nuevo director de El Mundo es muy diferente a la que tenían sobre su predecesor.
En cualquier conversación, acto público o encuentro en privado con un miembro del equipo de Mariano Rajoy, hablar de El Mundo era hasta hace unos días un tema delicado. Sólo se escuchaban palabras duras contra Pedro J. Ramírez y su forma de entender el periodismo, según pudo comprobar en varias ocasiones El Confidencial Digital.
“Intoxicación”, “manipulación” o “inquina” eran términos que se escuchaban en relación a las informaciones que publicaba el periódico de Pedro J. Ramírez. Especialmente críticos eran especialmente con periodistas como Eduardo Inda, Esteban Urreiztieta y Marisa Cruz, además del ex director.
Sin embargo, el cese de Pedro J. Ramírez ha cambiado radicalmente la opinión de Moncloa. Fuentes de Moncloa definen a Casimiro García-Abadillo como “un gran profesional”. Valoran que maneja información propia y que dispone de buenos contactos no sólo en presidencia del Gobierno, sino también en el Partido Popular y en algunos ministerios.
En el equipo de Mariano Rajoy concluyen, por tanto, que el nuevo director de El Mundo moderará los ataques que el presidente del Gobierno recibía por parte del periódico de Unidad Editorial durante la última etapa. Hay que recordar que el pasado verano, Rajoy comentó a personas de su entorno que su conclusión era que Pedro J. quería cambiar de presidente porque no le hacía caso.
Ya entonces, el jefe del Ejecutivo confesó que no le preocupaba el caso Bárcenas. Ahora consideran en su equipo que El Mundo va a bajar el pistón con unas filtraciones que dan por amortizadas. “Ya nadie habla de Luis Bárcenas”, expresa gráficamente un alto cargo del Palacio de la Moncloa.
