10 razones que explican el fracaso de ‘Operación Triunfo’: la principal es la ausencia de Tinet Rubira, el director del reality durante sus primeros siete años

La primera emisión de OT 2011 tuvo lugar el pasado 16 de enero. Fue seguida por 2.778.000 telespectadores: un 17,3% de share. De ahí en adelante, una sangría. La última entrega, del pasado 6 de febrero, fue la más baja de todas: 1.961.000 telespectadores, con un 12% de audiencia. ¿Por qué esta caída?

El Confidencial Digital ha tenido acceso a un análisis sobre las principales causas del mal comportamiento de la octava edición de ‘OT’. Los autores de este estudio incluyen diez razones que explican su errático comienzo. Los principales puntos del trabajo, expuestos de forma sintética, son los siguientes:

1. La marcha del director. La última edición de ‘OT’ es un desastre de dirección. Algo que se explica por la ausencia del responsable de este apartado en las siete entregas anteriores: Tinet Rubira. Tras catorce años como director de programas de Gestmusic y al frente de OT, el catalán abandonó en 2009 la productora para convertirse en director creativo y socio de LaQuimera.

Rubira era un director implacable. En OT todo estaba medido al milímetro (dónde se sentaba cada concursante, a dónde miraba en cada momento el presentador, cómo se hacían las transiciones, cuál era el ritmo de cada sección), el formato funcionaba como un reloj, estaba acabado y sin tacha. Nada de esto sucede ahora. Es una catástrofe de dirección.

2. Tony Cruz no ha remediado el desaguisado. El ex directivo de Endemol pidió ser productor ejecutivo de esta última entrega de ‘OT’ antes de su total desvinculación de la compañía. Pero no ha solucionado estos problemas de conducción, que fueron patentes desde el primer momento. Es un fallo estructural.

3. No se saca todo el partido a los concursantes. La elección de los participantes en el reality de este año ha sido buena. Pero el trabajo de la academia no es el esperado. El perfil de los chicos está trazado con brocha gorda. Se les debería sacar más partido.

4. Pésimo casting del jurado. ¿Dónde está Risto Mejide? El popular publicista no es imprescindible pero sólo si se elige bien a los miembros que van a darle el relevo y componer el jurado. En este caso, se ha hecho un trabajo lamentable y, de hecho, se ha tenido que corregir sobre la marcha.

Mención expresa merecen Fernando Argenta y Rafa Sánchez. Se les responsabiliza del mal comportamiento de los tres primeros programas. Se menciona como ejemplo la lamentable intervención del ex cantante de La Unión el día que se dedicó a alabar las cualidades físicas de una concursante sin centrarse en su tarea como juez de un concurso de canto e interpretación. Intolerable y los telespectadores lo perciben.

5. Nina dramatiza demasiado como directora de la Academia. La incorporación de Nina como directora de la Academia ha convertido un show en un ‘psico-drama’. Nina dramatiza en exceso, dota al espacio de una intensidad asfixiante robándole la magia a un formato que debe ser todo lo contrario: un espacio para el esparcimiento y el disfrute. OT se vuelve así insoportable para el telespectador, en algo incómodo: no le entretiene, le angustia.

6. Falta el encanto que aportaba Àngel Llàcer. El artista catalán que participó en las ediciones de 2001, 2002, 2005, 2008 y 2009 convertía el concurso en un espectáculo amable, divertido. Sacaba lo mejor de los chicos. El espacio rezumaba ‘iones positivos’, los mismos que ahora se echan en falta. Todo un contraste frente al trabajo de Nina.

7. El horror de la voz en off en los vídeos. Ha sorprendido mucho el uso de voz en off en los vídeos, algo que jamás ha ocurrido en Telecinco. El lema básico para que funcione bien cualquier discurso narrativo moderno (“Show don’t tell”) se incumple en este caso de forma incomprensible. Basta ver los cortos de ‘Gran Hermano’ (sin voz en off) para constatar que es mejor mostrar que contar.

8. Canciones desconocidas y letras en inglés. A juicio de los expertos, en las primeras entregas de OT 2011 se ha cometido dos errores de principiante. En primer lugar, utilizar canciones demasiado antiguas, que resultan, por tanto, desconocidas para el gran público. En segundo lugar, se recurre demasiado a temas en inglés, que impiden una conexión más directa con los telespectadores. Esto no ocurría en las ediciones anteriores.

9. Pilar Rubio no es mala pero necesita dirección. El juicio de los analistas sobre el papel de la nueva presentadora no es totalmente benévolo pero hay unanimidad en considerar que su actuación queda lastrada por la falta de dirección. Necesitaría instrucciones constantes a través del pinganillo que la fueran orientando, sobre todo en los primeros programas. Luciría mucho mejor.

Sin embargo, Pilar Rubio cada vez tiene menos defensores en Telecinco. Los directivos consideran que ha sido una presentadora sobrevalorada y sin los muchos registros que se le presuponían. De hecho, internamente se ha quedado con un único y exclusivo valedor (eso sí, de bastantes galones): Paolo Vasile.

10. No hay retroalimentación durante la semana. Otra de las causas del desplome de audiencia de OT 2011 es la ausencia de grandes referencias al espacio durante la semana en Telecinco. No lo tiene fácil porque compite con ‘Gran Hermano’, que la cadena también debe cuidar.

Pero que los fans no puedan seguir el día a día de los concursantes, los progresos y las crisis de cada uno, impide la plena adhesión de los telespectadores. No se genera fidelidad sino desapego. ACTUALIZACIÓN (17:15): La dirección de ENDEMOL España acaba de anunciar el fichaje de Tinet Rubira, como nuevo directivo de la compañía, a la que regresa tras dos años como productor en La Quimera. Este movimiento confirma el diagnóstico apuntado en esta noticia. La ausencia de Rubira es la principal causa de la baja audiencia de OT 2011.