El reportaje de El País que explica su rediseño evita decir que Juan Luis Cebrián bochó la propuesta escocesa para que el diario “no perdiera su ADN”

El suplemento ‘Domingo’ del diario El País, publicado el pasado fin de semana, fue dedicado en su totalidad a explicar a los lectores cómo, dónde, cuándo, por qué, y para qué se ha acometido este ‘lavado de cara’. En la página 22 de la separata se desvela el proceso de gestación de este rediseño, una explicación incompleta.

Según ese relato oficial todo comenzó hace nueve meses, cuando el director de El País, Javier Moreno, convocó a un selecto grupo de colaboradores para que le expusieran cómo les gustaría que fuera el diario de Prisa si naciera hoy. Tras esta ‘tormenta de ideas’, a la que se añadió un sondeo realizado entre los lectores del periódico, se llegó a la conclusión de que El País se debía modernizar y adaptar a los tiempos actuales.

Con este bagaje, los responsables de El País contrataron los servicios de una empresa de diseño radicada en Escocia para que comenzara a dar forma al nuevo periódico. Este equipo escocés se encargó durante un tiempo de mandar bocetos a España. La dirección del rotativo, por su parte, las recibía, las discutía y las incorporaba en su justa medida.

Según explicaba este domingo El País, “el proceso para llegar a buen puerto era el típico de ensayo y error. El equipo escocés mandaba propuestas que eran discutidas por la comisión de redactores, por el equipo de dirección, y así una y otra vez”. Finalmente –añade lacónicamente el diario-, “ya en la recta final, el equipo de diseño del periódico asume la dirección del rediseño”.

Según publicó El Confidencial Digital a primeros de septiembre, en esta explicación falta por relatar un paso importante. El director Javier Moreno le presentó a Juan Luis Cebrián ese primer diseño en el que la mano de los diseñadores escoceses tenía un gran protagonismo. Y tal y como se adelantó en estas páginas –véalo aquí-, el consejero delegado de Prisa bochó personalmente esa propuesta.

Los escoceses, con el visto bueno del equipo de asesores de Moreno, habían presentado un cambio de gran calado, una reconversión a fondo del rotativo, que no gustó a Cebrián. Según quienes pudieron ver esas maquetas, se trataba, efectivamente, de un giro “bastante radical”: las páginas iban a incluir “muchas cajitas” y la principal novedad iba a estar en la portada, que desplazaba a la izquierda la emblemática mancheta del diario y dejaba de estar centrada.

La justificación que el diario ofrece ahora, al adoptar un cambio de imagen de menor entidad, es que no se ha querido perder el ADN del periódico, su identidad.