Telecinco y Cuatro sospechan que el ‘freno’ de Competencia a su fusión esconde una maniobra política. Chacón, Barroso y Sebastián buscan que Prisa no cobre y muera por asfixia

Según los datos recogidos por El Confidencial Digital, existe un gran enfado entre los directivos de Telecinco y el Grupo Prisa por esta situación. El plan de integración realizado, meses atrás y a marchas forzadas, por los italianos liderados por Niccolò Querci no se puede aplicar y los retrasos se acumulan. A juicio de los afectados, aquí nada es inocente.

Competencia anunció a finales del pasado mes de junio que ampliaba en dos meses el plazo para pronunciarse sobre esta operación por “posibles obstáculos para el mantenimiento de la competencia efectiva en el mercado de la televisión de pago y en abierto”. Mediaset y Prisa tienen claro que se trata de una maniobra política dirigida a dañar a los interesados.

Directivos del Grupo Prisa destacan indignados cómo la notificación de esta fusión al regulador probaba por extenso el cumplimiento de la Ley Audiovisual, que se diseñó con Presidencia del Gobierno para permitir precisamente una operación de estas características y en estos mismos términos. “Se ha cumplido a la letra lo estipulado y nos ponen trabas. Es muy, muy extraño”.

En la zona noble de la Gran Vía no hay dudas: se trata de una maniobra política, con instrucciones precisas y claras. El objetivo es asfixiar al Grupo Prisa, que no verá un euro hasta que se apruebe la fusión. Justo cuando más necesitan liquidez los Polanco y Cebrián.

Se trata, advierten a ECD desde la compañía editora, de una operación que recuerda mucho sospechosamente a la última decisión adoptada por Mediapro sobre la ‘guerra del fútbol’: la declaración de concurso de acreedores sobre la compañía que gestiona los derechos televisivos de los clubes. Precisamente, cuando había sido condenada a indemnizar con más de cien millones de euros a Sogecable por la ruptura del contrato de 2006 que fijaba las condiciones para la explotación del fútbol en televisión.

Visto lo visto, el entorno de Cebrián entiende que todo es fruto de una operación alentada por algunos miembros del Ejecutivo Zapatero, interesados en evitar darle oxígeno a Prisa. En ella estaría implicado ese “grupo de amigos de Zapatero”, cercanos a Moncloa, que llevan años provocando lo que Felipe González se atrevió a llamar “fuego amigo” desde la izquierda.

En ese grupo figura, según lleva tiempo denunciando Prisa, el presidente de Mediapro, Jaume Roures, que siempre ha negado conocer personalmente al presidente del Gobierno. También aparece Miguel Barroso, el secretario de Estado de Comunicación de Zapatero que diseñó la ley que permitió el nacimiento de laSexta y marido de la ministra Carme Chacón. Y destaca José Miguel Contreras, señalado desde Prisa desde hace años como uno de los asesores con los que contó el actual ministro Miguel Sebastián en su campaña a la alcaldía de Madrid.

La influencia de estas personas sobre los ministros habrían logrado que el Gobierno frenara el ‘plácet’ de Competencia. Mientras tanto, Telecinco y Cuatro celebran reuniones de coordinación desvirtuadas y sin poder ejecutivo real. La integración debe esperar el visto bueno de las autoridades españolas y las parrillas no se pueden configurar según el nuevo esquema diseñado para la fusión.