Los quiosqueros amenazan con dejar de vender periódicos

Están sustituyendo las publicaciones diarias por otros artículos ante el escaso margen que dejan los editores y los retrasos en la distribución a los puntos de venta

Quiosco en desuso en Albacete | Europa Press
Quiosco en desuso en Albacete | Europa Press

La prensa en papel cada vez se vende menos. La aparición de los medios digitales y sus modelos de suscripción por Internet han hecho disminuir el interés por los periódicos impresos. Esto es un grave problema para los quioscos de prensa y revistas, que se están viendo abocados a cambiar los que –según ellos- deberían ser sus “productos principales” por otros como souvenirs, paraguas o, incluso, riñoneras.

Los puntos de venta, en caída libre

Los quioscos, especializados durante años en la venta de periódicos y revistas, ahora no pueden contar con uno de sus principales productos. Esto está provocando un gran incremento del número de puntos de venta que se ven obligados a cerrar. Remedios Garrido García, presidenta de la Asociación Nacional de Vendedores de Prensa (ANVP) asegura a Confidencial Digital que la disminución del número de puestos es de entre un 30% y un 40% respecto a 2019.

Sin embargo, este hecho no se traduce en más ventas para los quioscos que se mantienen abiertos: “Se tiende a pensar que, si cae un punto de venta que está cerca del mío, lo normal es que yo venda más. Eso no sucede porque se trata de clientes fijos que ya tienen, son amigos, se consideran familia y han seguido comprando porque era contigo. Luego, cuando se cierra, pierden esa costumbre, dejan de hacerlo y no se recupera el cliente”.

Además, tampoco están recibiendo demasiadas ayudas por parte de los políticos: “Un caso emblemático es el de Tarragona y lo que sucedió con un quiosco muy importante de la ciudad. El ayuntamiento tenía que pasar un carril bici por ese lugar donde está ubicado el punto de venta, y por eso considera que a ese quiosco no se le renueva la concesión. Y así fue. Eso es no mirar por el sector”.

Otro ejemplo. Recientemente, en Oviedo, el ayuntamiento trató de reabrir cinco quioscos cerrados por la pandemia. Pero nadie se presentó al concurso. Los interesados brillaron por su ausencia. Solo hubo una persona que quiso hacerse cargo de ellos, interesándose por tres y terminando al mando de uno de los puntos de venta. También hubo una segunda petición, pero no llegó a cumplimentar la documentación que se le requería y se desestimó su selección.

Los vendedores apuntan a las editoriales

El punto central de las quejas de los profesionales del sector es la forma en que los editores tratan a los vendedores. Desde la ANVP denuncian que estos negocian a su antojo los porcentajes de las ventas que dan los vendedores: “Trabajamos con unos porcentajes ya muy pequeños. Hay ciudades en las que se les da un 30 o un 25%, y ciudades que le dan el 20. Por esto, hay muchos sitios donde no interesa seguir trabajando de esa forma”.

Además, con la mejora de las tecnologías y la consolidación de la información por Internet, los vendedores tienen más conocimiento de los precios: “ahora mismo es muy fácil saber en qué ciudad están dando un tanto por ciento por la misma revista que a ti te quita un cinco. Empiezas a no tener gusto por esas publicaciones, a no exponerlas, hay mucha gente que incluso las devuelve… así es como el sector se va destruyendo poco a poco”.

Esta destrucción, generada por la bajada del porcentaje que se paga a los quiosqueros, da lugar a daños también para los editores, ya que, como recuerda Garrido García: “no deberían de olvidar nunca que si nosotros no existimos, las pérdidas para ellos serán también impresionantes”.

Todo esto se une a una pelea abierta entre los distribuidores de prensa y los editores, que repercute negativamente en los quioscos: “es incomprensible que los repartos por parte de los distribuidores lleguen tarde a los puntos de venta. Han recortado tanto personal de sus negocios que la prensa llega tarde”.

 

Esta situación genera a su vez una apertura más tardía de los propios kioscos: “hay gente que dice: a mí no me merece la pena levantarme por la mañana temprano y no tener aquí la prensa, que es lo primero que me piden. Un quiosco que se denomina de prensa y revistas y que debería tener como pilar central ese producto, no lo tiene. Los vendedores dicen ahora: me levanto como cualquier funcionario, a las siete y media, y te aseguro que entonces, cuando yo abro mi puerta, allí está la prensa”. Nadie quiere madrugar en vano.

Para terminar, desde ANVP, también denuncian incumplimientos de los pactos acordados: “Hay productos que nos han llegado a los puntos de venta, costándonos dinero que nos los repartan, y se los han vuelto a llevar al día siguiente. Eso sucede en gran medida con los coleccionables, por ejemplo. No respetan los acuerdos que teníamos con ellos, de que incluyan la suscripción a través de nuestros puntos de venta”.

La solución: reinventarse

Ante estos problemas los vendedores han decidido buscar una solución: reinventarse dando menos peso a la prensa entre sus productos para la venta. “Se está empezando a dar cabida a muchos otros artículos. Cuando hace 10 años la prensa era el 96% de nuestros productos ahora está quedándose en un 50%”, explica Remedios Garrido.

Asegura que lo hacen porque la prensa apenas les aporta beneficio económico: “Yo estoy anulando un 40% de las revistas y la prensa. No solo es por los digitales, existen muchos factores que influyen en esto. Pero lo cierto es que ya no da dinero. A mí un producto que me da dinero, aunque sea poco, no tengo por qué negarme a tenerlo”.

Por eso es cada vez es más habitual ver en estos puntos de venta objetos de todo tipo, tales como souvenirs, paraguas, gorras o incluso riñoneras. Esta tendencia es especialmente creciente en algunas zonas de España: “Málaga, por ejemplo, casi no apuesta ya por el tema editorial. Tú te paseas por el centro de la ciudad y los quioscos están llenos de sombreros, de souvenirs… de todo menos de periódicos. Si acaso ofrecen prensa internacional, porque reciben mucha gente de fuera”.

El punto de vista de los vendedores contrasta con el de los editores

Esta situación contrasta con la opinión de Andrés Rodríguez, editor de la revista Forbes y consejero de El Español en su cuenta de Twitter. El pasado viernes 24 de septiembre dejó escrito: “Es urgente encontrar un modelo de quiosco que vuelva a las esencias”. La frase iba acompañada de tres fotografías, en las que aparecía un quiosco que vendía riñoneras, paraguas antiviento y un pequeño número de revistas, expuestas junto a coleccionables que se pueden conseguir con las mismas.

Este tuit ha recibido gran número de respuestas que se repartían entre aquellos que compartían la impresión del periodista y los que entendían que, actualmente, es imposible que los quioscos vivan solo de prensa, como hacían antaño.

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