‘Salvados’, de La Sexta, los últimos afectados por la guerra de Rabat contra la prensa incómoda
El equipo puede darse por satisfecho: decenas de periodistas expulsados de Marruecos han pasado por sórdidos calabozos y otros, marroquíes, cumplen condenas desproporcionadas en la cárcel
Fernando González ‘Gonzo’ y cuatro periodistas de su equipo de ‘Salvados’ son, de momento, los últimos afectados por la estrategia del Gobierno de Marruecos de impedir el ejercicio periodístico a los profesionales que no les dan garantías de afinidad a las políticas del régimen.
Marruecos ocupa el lugar 136 en lo que a libertad de prensa se refiere, según el ranking mundial elaborado en 2021 por Reporteros sin Fronteras (RSF). A pesar de que la Constitución marroquí de 2011 consagra este derecho, Rabat expulsa constantemente y sin titubeos a los periodistas “incómodos”.
Si los que rebasan las líneas rojas establecidas por el Makhzén (el auténtico gobierno en la sombra, integrado por la familia real y la élite financiera) son nacionales ejercientes en el territorio, entonces les espera la cárcel bajo los pretextos legales más extraños.
Reporteros expulsados
El artículo 28 de la Constitución marroquí señala que “se garantiza la libertad de prensa, que no puede limitarse por ninguna forma de censura previa”. Sin embargo, los reporteros españoles José Luis Navazo (fallecido en 2019) y Fernando Sanz ya fueron expulsados a través de la frontera ceutí en 2017 cuando cubrían en Alhucemas las masivas protestas del Movimiento Popular del Rif “contra el hostigamiento policial y la represión de Rabat”.
En 2019, fueron expulsados tres representantes del Consejo General de la Abogacía Española que ejercían como observadores internacionales en el juicio contra la periodista saharaui Nazha el Jalidi. También fueron expulsados ese mismo día, junto a ellos, dos estadounidenses. Solo un mes antes, la policía había sacado del país a cinco abogados españoles, que lamentaron que, desde España, no se realizara ninguna protesta diplomática.
Incluso haciendo turismo
En 2010, Marruecos expulsó de su territorio a veinte periodistas españoles, pese a que la intención de la mayoría de ellos era hacer turismo por el país o encontrarse con familiares, según precisó el Consulado General de España.
Rabat alegó que la verdadera intención de los comunicadores, de muy diversos medios escritos, era viajar a la región del Sáhara Occidental con fines informativos.
En 2012 volvió a tener lugar una expulsión masiva de veintiún españoles, acusados por el Gobierno de Marruecos de pretender ejercer el periodismo en la región saharaui sin las debidas autorizaciones.
Ignacio Cembrero
La lista de expulsiones de periodistas españoles es mucho más larga. Baste recordar la lamentable salida de Marruecos, en 2014, del prestigioso especialista en mundo árabe Ignacio Cembrero, disparatadamente denunciado por el Gobierno de Abdelilah Benkirán por “enaltecimiento del terrorismo”. Como muchos otros, desde entonces, el que fue corresponsal de El País no se ha atrevido a volver a poner un pie en Marruecos por temor a ser detenido.
Gonzo y su equipo pretendían realizar un reportaje sobre lo que, en Marruecos, ya se conoce como la “Tragedia de Tánger”, un incidente en el sótano de una precaria fábrica textil que costó la vida, el pasado febrero, a cerca de una treintena de trabajadores, en su mayoría mujeres.
Los de ‘Salvados’ pueden sentirse afortunados: al contrario de lo que ha sido la tónica habitual en las expulsiones de reporteros en los últimos años, no han pasado por ninguna comisaría ni calabozo.
Tampoco han sido denunciados ni condenados a “desorbitadas penas de cárcel”, como sufren, según RSF los periodistas marroquíes que intentan desarrollar un trabajo independiente, alternativo a las líneas de información oficiales. Muchos de ellos, además, son “víctimas de arrestos, calumnias, torturas, malos tratos o amenazas a su entorno familiar”, señala la ONG en un reciente informe sobre el ejercicio del periodismo en Marruecos.
