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Mazda visión 2030 (II). Visión de futuro

Mazda tiene la certeza que, el 85% de los vehículos que circulen en 2035 portarán algún motor de combustión interna.

Mazda visión 2030 (II)
Mazda visión 2030 (II)

El fabricante japonés apuesta por perfeccionar al máximo este tipo de propulsor, sin renunciar a otras tecnologías con el objetivo de desarrollar soluciones que satisfagan cada necesidad concreta. 


Manuel Reyes

Nada mejor que datos y cifras reales para refrendar la confianza que Mazda tiene depositada en los motores de combustión interna. Para ello la marca ha recurrido al INSIA (Instituto de Investigación del Automóvil) de la Universidad Politécnica de Madrid, que emplea una meticulosa metodología para determinar escrupulosamente el consumo en unas condiciones de tráfico real.

Los vehículos utilizados, sendos Mazda CX-5, uno con motor Skyactiv de gasolina de 2 litros y otro diésel Skyactiv de 2,2 litros. El test se realizó conforme al nuevo ciclo de homologación de consumos RDE (Real Driving Emissions), que entró en vigor el pasado mes de septiembre, dentro de las circunstancias más exigentes: un recorrido total de 79,4 km en los que se emplearon 102 minutos.

En este trayecto se contemplaron  carreteras rurales (28,8 km a 66,4 km/h de media), recorridos urbanos (23 km a 22 km/h de media) y circulación por autopista (24,5 km a 104,4 km/h de media). Obtenidos los resultados no queda más remedio que comparar (aunque las comparaciones sean odiosas) con otros modelos de gasolina, diésel e, incluso, híbridos de la competencia, igualmente ensayados por el INSIA.

Los resultados de estas mediciones reales son bastante singulares. El Mazda CX-5 con motor de gasolina de 2 litros (121 kW) tiene un consumo mixto RDE de 7,68 l/100km, mientras, el Renault Kadjar con motor de gasolina de 1,2 litros (96 kW) arroja un consumo mixto de 8,11 l/100 km.

En la misma línea, el CX-5 con mecánica diésel de 2,2 litros (110 kW) consume 6,15 l/100 km, frente a los 7,19 l/100 km del Hyundai Tucson con propulsor diésel de 2 litros (100 kW). El modelo híbrido de la tabla es, el Toyota RAV4 AWD Hybrid con tracción total. Su propulsión híbrida está compuesta por un motor de gasolina de 2,5 litros y dos electromotores que desarrollan conjuntamente una potencia máxima de 143 kW.

Firma un consumo medio de 6,98 l/100 km. Estas cifras hablan por si mismas. En gr de CO₂ por kilómetro recorrido el que menos emite es, el Toyota RAV4 híbrido (157,1 gr CO₂/km), seguido del Mazda CX-5 diésel (161,9 gr CO₂/km).

El Hyundai Tucson diésel arroja 189,2 gr CO₂/km y, finalmente, el Renault Kadjar gasolina, 182,5 gr CO₂/km,  frente a los 172,8 gr CO₂/km del CX-5 gasolina.

Fruto de estos resultados y con la firme creencia de Mazda en el largo recorrido que aún le queda al motor de combustión, apuesta firmemente por perfeccionar al máximo este tipo de propulsor, mejorar notablemente su eficiencia, reafirmando la tecnología diésel como la más eficiente en cuanto a consumos y emisiones de CO₂.

 

La visión Mazda 2030 consiste en una hoja de ruta que la marca japonesa ha confeccionado hasta 2030 en la especifica sus planes de futuro, que en 2019 contemplan el lanzamiento del sofisticado motor Skyactiv-X y entre 2019 y 2020 trabajar sobre los eléctricos y la segunda generación del diésel Skyactiv-D. En el decenio 2020-2030, cuando el motor de combustión interna se haya optimizado al máximo, será el turno de los híbridos enchufables y de la conducción autónoma. Todo esto estimando que el 85% de los vehículos que circulen en 2035 portarán algún tipo de motor de combustión.

Para el fabricante japonés lo importante es desarrollar soluciones que satisfagan cada necesidad concreta, en las que tienen cabida todo tipo de propulsores y tecnologías, desde la furgoneta eléctrica que resulta ideal para el reparto urbano, hasta ese vehículo híbrido enchufable de gran tamaño que ofrece al usuario que recorre miles de kilómetros al año en trayectos interurbanos la comodidad, prestaciones y autonomía que requiere.

Pero la gran apuesta de Mazda para el futuro inmediato es su nuevo motor de gasolina Skyactiv-X que estrenará la nueva generación del Mazda3. Este revolucionario propulsor de 4 cilindros en línea y 2 litros de cilindrada es una especie de cruce entre diésel y gasolina que combina las ventajas de ambos empleando un método de combustión totalmente nuevo.

Con una potencia de 190 CV (utiliza sobrealimentación mediante compresor) ofrece cifras de consumo y par propias de una mecánica diesel y el refinamiento de un motor de gasolina. Unas cifras de consumo entre un 20% y un 30% inferiores a las del actual motor de gasolina Skyactiv-G. El secreto de su funcionamiento radica en su sistema de encendido mixto, bien por chispa de bujía o por compresión.


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