La Mirada Crítica

El Sistema foto-rojo (1). Demasiadas deficiencias

Desde que entró en funcionamiento, hace ya casi una década, el sistema foto-rojo ha ido siempre acompañado por la polémica. Mejor dicho, por las polémicas sanciones impuestas.

El Sistema foto-rojo
El Sistema foto-rojo

El noble objetivo inicial de mejorar la seguridad vial pronto se vio truncado por las muchas deficiencias que presentaba, entrando en escena el tan traído y llevado afán recaudatorio de los ayuntamientos. El Ayuntamiento de Madrid, en 2009, fue uno de los primeros en utilizar este dispositivo.

Manuel Reyes

El sistema foto-rojo, más conocido como semáforos que multan,  surgió para sancionar a los conductores que se saltaran un semáforo en fase roja. En 2009, el Ayuntamiento de Madrid empezó a utilizar estos dispositivos en pasos de peatones conflictivos, aquellos en los que se habían producido varios atropellos. Se colocaron en pasos de peatones regulados por semáforo en los que es el propio peatón, mediante el conocido botón de “pulse y espere verde”,  el que solicita que se ponga en verde para poder cruzar.

Con esta medida se pretendía reducir la siniestralidad y proteger al peatón. Nada que objetar o, tal vez, habría que hacer una llamada a la responsabilidad a todos los agentes que intervienen en la circulación, tanto a conductores como a peatones.

Que hay que proteger al peatón, que es más débil, de acuerdo. Que hay que sancionar con mano firme al conductor que se salta un semáforo en rojo, es de justicia. Pero, sería pedirle mucho a ese peatón que antes de cruzar se cerciorara que los vehículos se han parado o están a punto de pararse, con independencia de que el semáforo esté en rojo para los coches y en verde para los viandantes.

Simple y llanamente por sentido común, por mero espíritu de supervivencia. Ahora bien, la figura del peatón despistado, que va a lo suyo, totalmente aislado del mundo exterior, cada vez cobra más peso en la circulación de las grandes ciudades. A este respecto, los dispositivos móviles están haciendo estragos. El empleo de estos artilugios está prohibido mientras se conduce. No estaría de más que muchos transeúntes dejaran de trastear con el móvil a la hora de cruzar una calle o avenida, que miraran a ambos lados para ver qué pasa a su alrededor.

Porque un conductor puede saltarse un semáforo en rojo, lo cual puede traer trágicas consecuencias para el peatón, no porque vaya bebido, simple y llanamente por un despiste, aunque al volante haya que ir con los cinco sentidos activos.

Nada más empezar a funcionar los foto-rojo se pusieron de manifiesto las muchas deficiencias de este sistema. Problemas que no se han solucionado, aunque el empleo de estos dispositivos vaya a más cada día y cada vez sea mayor el número de ayuntamientos que se dejan seducir por estos semáforos que multan. Entre estas deficiencias, el escaso tiempo que dura la fase ámbar, amén de las irregularidades en las fotografías de los boletines de denuncia enviados a los conductores sancionados, muchas con el semáforo en ámbar.

Y es que para que la sanción sea válida se tiene que ver con claridad que se ha rebasado el disco en rojo. Otras deficiencias son fotos en las que ni siquiera se ve el color del semáforo o la matrícula del vehículo denunciado con claridad. En este último caso  algunos consistorios han recurrido a hacer una sobreimpresión de una matrícula en uno de los extremos superiores de la fotografía. Sencillamente inaceptable. En palabras de Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), es un sistema que, ni garantiza la seguridad vial, ni la seguridad jurídica, además de la presunción de inocencia de los ciudadanos.


 

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