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Audi Driving Experience 2021. Un día en las carreras

Dentro de los cursos de conducción Audi Driving Experience destaca el Sportscar, la modalidad superior de los mismos

Imagen de los cursos de conducción Audi Driving Experience
Imagen de los cursos de conducción Audi Driving Experience

Se imparten al volante de dos vehículos que representan la máxima deportividad dentro de la marca de los cuatro aros: el Audi RS e-tron GT (646 CV) y el Audi R8 Coupé  V10 Performance quattro (620 CV).

La electrificación en Audi unida a la mayor deportividad queda plasmada en el nuevo Audi RS e-tron GT.

Un vehículo desarrollado por Audi Sport propulsado por dos motores eléctricos, un delante y otro detrás, que proporcionan 598 CV y un pico de potencia en modo Boost de nada menos que 646 CV. 

Potencial que pasa al asfalto con total eficacia de la mano de su sistema de tracción integral. Esa misma deportividad llevada al terreno de los convencionales motores de combustión la representa por todo lo alto otro fuera de serie como es, el Audi R8 Coupé V10 Performance quattro.

Un excitante deportivo motorizado por un propulsor de gasolina V10 de 620 CV situado en posición central-trasera, que asimismo cuenta con tracción integral.

Ambos vehículos se han transformado en las estrellas del Audi Driving Experience 2021 al ser los escogidos para el curso de conducción Sportscar, el superior y más prestacional.

La modalidad Sportscar arrancó la temporada 2021 en el madrileño circuito del Jarama, entre los días 15 al 17 del pasado mes de mayo, para posteriormente trasladarse al circuito de Montmeló, en Barcelona, del 26 al 28 de mayo.

Por gentileza de Audi España hemos tenido ocasión de realizar el programa Sportscar al volante de los Audi RS e-tron GT y R8 Coupé V10 Performance quattro, pudiendo exprimir al máximo su potencial con total seguridad  en el circuito del Jarama, sin el estrés de sufrir el acoso de Pegasus  y demás artilugios sacacuartos de la DGT.

Porque si de verdad le importara a la DGT la Seguridad Vial, a buen seguro recomendaría a los conductores que se apuntaran a un curso de conducción.

 

Aprender disfrutando

Estos cursos de conducción Audi Driving Experience  persiguen  un doble objetivo, el de aprender y a la vez disfrutar.

Constan de unas clases teóricas en las que se imparten una serie de enseñanzas que abarcan desde cómo sentarse correctamente al volante hasta la forma de controlar la trayectoria frente a un imprevisto, pasando por cómo dosificar la frenada o la mejora de  las habilidades del participante mediante el aprendizaje del arte de la anticipación.

Tras las instructivas explicaciones de los monitores profesionales llega el momento de pasar a la fase práctica, con diferentes pruebas en la pista que culminan con el rodaje en circuito. Actividades enfocadas a conocer mejor las reacciones del vehículo y, sobre todo, a controlar situaciones de emergencia, premisas que resultan fundamentales para perfeccionar la conducción.

Todo en un escenario totalmente seguro como es un circuito,  de la mano de instructores profesionales.

Antes de pasar a rodar en circuito con el Audi RS e-tron GT y con el Audi R8 Coupé V10 Performance quattro, se realizó con el primero una prueba de aceleración y de frenado, mientas con el R8 una frenada de emergencia y esquiva.

La prueba de aceleración y frenado consistía en alcanzar la mayor velocidad posible para reducir al mínimo el tiempo empleado en recorrer un espacio acotado, realizando a continuación una fortísima frenada para detener el vehículo justo delante de una línea marcada.

La experiencia fascinante. Hundir sin contemplaciones el pie en el acelerador del RS e-tron GT significa activar el modo Boost para disponer de forma instantánea de 646 CV que literalmente te catapultan, haciendo que la espalda del conductor prácticamente se funda con el respaldo del asiento.

Una aceleración brutal

Se sienten, se dejan notar especialmente en el cuerpo los efectos de esos  3,3 s que invierte el coche en pasar de 0 a 100 km/h.

Pero acelerar a fondo no requiere ninguna habilidad especial, en cambio si hace falta una gran dosis de intuición, además de concentración, para a tan alta  velocidad saber el momento justo de frenar a tope para no rebasar la línea de detención.

Porque si el morro del coche rebasaba dicha línea  se invalidaba la prueba. De la misma forma que si se frenaba antes de tiempo había que disminuir la presión sobre el pedal hasta llegar al punto de detención, acción que incrementa el tiempo de recorrido.

Cabe apuntar que si sorprendente es la capacidad de aceleración, otro tanto puede decirse de la eficacia de los frenos.

El ejercicio de frenada de emergencia y esquiva se realizó al volante del Audi R8 V10, rodeados con la fascinante melodía que emite su propulsor de gasolina V10 atmosférico (620 CV), en contraposición al silencio que envuelve el habitáculo del RS e-tron GT.

En esta prueba también se trataba de acelerar a tope desde parado hasta llegar a un carril delimitado por unos conos a la mayor velocidad posible.

Nada más entrar en la línea de conos había que realizar una frenada a tope, sin contemplaciones, y maniobra de esquiva con escape hacia la derecha tratando de no derribar ningún cono. Aparte de habilidad y reflejos, los principales retos para el conductor en este ejercicio radican en no iniciar la frenada antes de tiempo, algo a lo que invita el instinto; de la misma forma que también había que vencer esa natural tendencia a no acelerar al máximo para alcanzar la mayor velocidad posible sabiendo que unos metros más adelante había que frenar con decisión, dando un preciso volantazo hacia la derecha para realizar la esquiva.

Aún con el asfalto seco y el generoso calzado del Audi R8, tanto el ABS como el control dinámico de estabilidad siempre alerta para actuar en caso necesario.

Lucha de titanes

Pero sin lugar a dudas el plato fuerte, la experiencia más gratificante del curso Sportscar es rodar en circuito con dos vehículos que, constituyendo la máxima expresión de deportividad dentro de la oferta de Audi, parten de distintos planteamientos.

Ello añade un aliciente extra, enfrentar en un escenario ideal en el que se pueden exprimir a tope sus posibilidades  a dos deportivos pura sangre, uno eléctrico, el Audi RS e-tron GT, y otro con motor V10 de gasolina, el Audi R8 Coupé V10 Performance quattro, pudiendo comparar cuáles son sus diferencias en lo concerniente a conducción, reacciones y sensaciones.

Es una auténtica lucha de titanes que comienza con distintos trajes, una estilizada y bellísima carrocería coupé de 4 puertas con casi 5 m de longitud para el Audi RS e-tron GT, frente a un  impresionante a la par que atractivo Audi R8 con carrocería coupé de dos plazas y motor central-trasero.

En este desafío la principal diferencia radica en sus sistemas de propulsión, porque al volante tienen bastantes puntos en común, aun conservando sus diferencias.

El Audi RS e-tron GT monta dos motores eléctricos, uno bajo el capó delantero y otro en la parte posterior del vehículo, un motor en cada eje, por lo que cuenta con tracción integral. Ambos electromotores desarrollan una potencia conjunta de 598 CV que puede incrementarse momentáneamente hasta los 646 CV gracias a la función Boost, con un par máximo propio de una locomotora: 830 Nm.

No tiene caja de cambios, si bien hay que apuntar que el motor trasero va unido a una caja de velocidades de 2 marchas. Como el modo de conducción más deportivo prima la tracción a las ruedas traseras, si se acelera con contundencia el coche arranca en la velocidad más corta, sin embargo en arranques más suaves inserta la segunda velocidad.

Gracias a la ubicación entre ejes de la batería cuenta con un reparto de peso ideal, del 50% en cada eje, y un centro de gravedad muy bajo. Invierte 3,3 s en pasar de 0 a 100 km/h, en tanto alcanza una velocidad máxima de 250 km/h.

Planta cara al potencial eléctrico del Audi RS e-tron GT, el motor de gasolina atmosférico de 10 cilindros en V y 5,2 litros de cilindrada que, dispuesto en posición central-trasera, propulsa al Audi R8 Coupé V10 Performance quattro, dotado asimismo con tracción integral.

Lleva acoplada una caja de cambios automática de 7 velocidades con posibilidad de manejo manual-secuencial.  

Al igual que su hermano eléctrico su sistema de tracción integral hace un reparto variable del par entre ejes en función de las condiciones dinámicas y de adherencia.

El propulsor V10 de gasolina desarrolla 620 CV a 8.000 rpm y un par máximo de 580 Nm a 6.600 rpm, situándose su máximo régimen de giro en las 8.750 rpm.

Ni que decir tiene que emite una melodía que resulta embriagadora para los aficionados, autorizando unas prestaciones de auténtico infarto. Invierte tan solo 3,1 s en pasar de 0 a 100 km/h, mientras la velocidad máxima se cifra en 331 km/h.

Tan distintos y a la vez tan parecidos

Otra diferencia entre ambos modelos, eléctrico y térmico, radica en la entrega de potencia.

En el RS e-tron GT la entrega de potencia es inmediata, es contundente, poniéndose  de manifiesto desde el primer metro recorrido. Sin embargo la facilidad para subir de régimen del V10 de gasolina del R8 V10 iguala la partida una vez recorridos unos cuantos metros.  

Algo que ocurre muy, pero que muy deprisa. Hablando de rapidez, también en el sistema quattro del RS e-tron GT la transferencia de par entre ejes es cinco veces más rápida que en un sistema Quattro mecánico.

En su interior reina en silencio (aunque se puede seleccionar un espectacular sonido de tintes siderales) en contraposición al delicioso sonido que inunda el habitáculo del R8 V10.

Los dos vehículos hacen gala de una tracción ejemplar, y su velocidad de paso por curva es sencillamente impresionante, con un comportamiento muy neutro.

El bajo centro de gravedad unido al modélico reparto de pesos del RS e-tron GT contribuyen en la práctica a neutralizar bastante, en las curvas más rápidas o con fuertes apoyos, las mayores inercias laterales derivadas de su mayor peso. Pesa 750 kg más que el R8 V10.

Cabe apuntar que el R8 V10 admite aceleraciones laterales de hasta 1,5 g y ofrece un comportamiento dinámico muy noble, resultando relativamente sencillo de conducir a un ritmo muy elevado.

Pero quizá para un conductor con menos experiencia la conducción sumamente fácil  a la par que poco exigente del RS e-tron GT le simplifique algo más las cosas a la hora de rodar a elevadas velocidades.

Los cursos Sportscar tienen un precio de 550 euros para los clientes de Audi, mientras el resto de participantes tienen que abonar 650 euros. Para la modalidad Performance son de 340 y 420 euros, respectivamente.

Por último, para el curso Progressive, el precio para el cliente de la marca se fija en 200 euros y en 240 euros para los no clientes.

Tanto para los cursos Performance como Progressive se utiliza la versión e-tron GT quattro. Además también están disponibles los siguientes modelos: R8 Coupé, TT Coupé, RS Q8, RS 7 Sportback, RS 5 Sportback, RS 4 Avant y e-tron Sportback.

Para los cursos Performance la escuela de conducción de Audi se trasladará del 23 al 25 de septiembre al circuito Ascari, en Málaga. Más adelante, los días 14 y 15 de octubre, los cursos Progressive se impartirán en el circuito de Los Arcos (Navarra).

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