Etiqueta Europea del Neumático: un valor que debería ir al alza

Las redes de talleres oficiales son quienes mejor valoran el uso del etiquetado europeo del neumático

La Etiqueta Europea del Neumático sirve de gran ayuda al usuario a la hora de elegir un tipo de cubierta.
La Etiqueta Europea del Neumático sirve de gran ayuda al usuario a la hora de elegir un tipo de cubierta.

Un reciente estudio encargado por la Comisión de Fabricantes de Neumáticos, asociación que integra a los principales fabricantes con actividad en España, revela que las redes de talleres oficiales son quienes mejor valoran el uso del etiquetado europeo del neumático.

Por otro lado, los concesionarios son a quienes más han influido las informaciones de dicha etiqueta en su última adquisición de neumáticos.

En 2012 se implantó en Europa un sistema de etiquetado para los neumáticos con el objeto de informar detalladamente de sus características tanto a los talleres como a los usuarios.

Desde el 1 de noviembre de 2012, los fabricantes de neumáticos están obligados a incluir en todos sus productos la llamada Etiqueta Europea del Neumático, que contiene una información muy valiosa acerca del comportamiento de los mismos en tres áreas de crucial importancia: la resistencia a la rodadura, la adherencia en pavimento mojado y el ruido de rodadura que generan.

Estas tres áreas están relacionadas directamente o se corresponden con la eficiencia en el consumo de combustible, la seguridad y la contaminación acústica.

La etiqueta se divide en tres apartados, coeficiente de rodadura, índice de adherencia en mojado y nivel de ruido de rodadura. Se utiliza una serie de letras, de la A a la G, para determinar las distintas clases en los dos primeros apartados.

Sobre el uso que se hace de esta valiosa herramienta la Comisión de Fabricantes de Neumáticos, que agrupa a las principales empresas del sector a nivel nacional (Bridgestone, Continental, Goodyear, Michelin y Pirelli), ha encargado un estudio que descubre que todavía queda mucho por hacer en el campo de la utilización.  

Aunque la Etiqueta Europea del Neumático es conocida por los distintos profesionales del sector, su valor tanto a la hora de comprar como de recomendar nuevos productos es todavía reducido. De hecho, solo un 55% de los concesionarios y un 24% de los talleres informan siempre de la misma a sus clientes.

El 95%  de los concesionarios conocen la Etiqueta Europea del Neumático

Este estudio se puede considerar como la segunda edición o complementario de otro realizado anteriormente  en 2017, que puso su foco sobre los usuarios con un  resultado bastante descorazonador. Entre las conclusiones más destacables dejó constancia que menos de una cuarta parte de los conductores conocían por aquel entonces la Etiqueta Europea.

Pero en la presente entrega, el informe concluye que la citada etiqueta es conocida por el 95% de los concesionarios, talleres de neumáticos y servicios rápidos, y  el 85% de las redes secundarias de marca de automóvil y de mecánicos especializados en neumáticos.

Sin embargo, en lo referido a la compra del redondo elemento su relevancia se ve reducida. Los concesionarios son quienes le otorgan más importancia y valoran su influencia en el último pedido realizado en un 7,6 sobre 10, mientras que en el otro extremo se sitúan los talleres mecánicos, con una nota media de 6,3.

 

Como conclusión, los datos indican que tanto el conocimiento como la comprensión que los talleres tienen del etiquetado del neumático es amplio, pero el valor que le otorgan es insuficiente. A la hora de recomendar una marca o modelo de neumáticos a un cliente, existe unanimidad entre todos los agentes implicados en cuanto a los aspectos que más le pueden influir.

Primero, el comportamiento en pavimento mojado, segundo, el consumo de combustible, y tercero, el ruido producido.

Quienes más importancia conceden a la etiqueta a la hora de hacer un pedido son los concesionarios (7,6 sobre 10)

Una escala de la A a la G configura las distintas clases a la hora de etiquetar los neumáticos.

La Etiqueta Europea del Neumático, obligatoria en la UE desde noviembre de 2012 es un sistema estandarizado que proporciona una completa información y especificaciones sobre eficiencia, adherencia y ruido exterior.

Supone tanto para los talleres como para los usuarios una herramienta que contribuye a la mejora de la seguridad vial y el medioambiente, generando además transparencia.

La eficiencia energética de un neumático influye directamente en el ahorro de combustible. En función de ésta un neumático se clasifica entre la clase A (la más eficiente) y la G  (la menos eficiente).

La D no se utiliza en turismos, y desde el pasado noviembre de 2018 se ha prohibido la clase F (con anterioridad la G), si bien hay una moratoria de 30 meses para las gomas fabricadas con anterioridad al 1 de noviembre de 2018.  

Circulando a una media de 80 km/h las diferencias entre un neumático de la clase  A y otro de la ya desaparecida G puede significar un ahorro de hasta 300 euros a lo largo de toda su vida útil, lo que supone hasta un 7,5% menos de consumo o, lo que es lo mismo, ahorrar más de 6 litros de combustible cada 1.000 km. 

Hay que tener muy en cuenta que el 20% del gasto de combustible de un automóvil lo acaparan los neumáticos.

Entre un neumático de clase A (máxima eficiencia) y la desaparecida G (mínima eficiencia) hay un aumento en el consumo de combustible superior a 0,65 l por cada 100 km.

El comportamiento o adherencia en superficie mojada incide directamente en la seguridad. A este respecto la etiqueta contempla una horquilla que va desde la mejor frenada, la clase A, hasta la peor (F).

Si se montan neumáticos de categoría A en lugar de categoría F la distancia de frenado es un 30% menor cuando se circula a una velocidad de 80 km/h,  se reduce 18m.

Hay que tener en cuenta que las categorías D y G no se utilizan en turismos. Por último, el ruido que genera la rodadura de un neumático se expresa en decibelios (dB), mostrándose en la etiqueta.

Además, se complementa gráficamente mediante una serie de ondas que emite un altavoz en una escala que va de 1 a 3. El número de ondas indica los distintos niveles de ruido.

En lo referente al ruido de rodadura, 3 ondas indican que es ruidoso, entre 72 y 74 dB, 2 ondas suponen un nivel entre 69 y 71 dB y 1 onda hasta 68 dB, muy silencioso.

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