Las funciones de la luna trasera

Es de suma importancia mantener este cristal en perfecto estado debido a sus múltiples funciones

Parte trasera de un coche.
Parte trasera de un coche.

La luna trasera del coche, también conocida como luneta o parabrisas, es una parte imprescindible de la estructura de cualquier vehículo por sus funciones orientadas a salvaguardar la seguridad de todas las personas que viajan dentro, así como garantizar la visibilidad adecuada del propio conductor.

Por estas razones y algunas más que se mostrarán a continuación, es de suma importancia mantener este cristal en perfecto estado y, en caso de que sufra algún daño irreparable, llevar el coche al taller para sustituir la luna trasera.

Tipos de lunas de un coche

Cabe destacar que, en un primer momento, las lunas traseras, denominadas así por la forma original de media luna que tenían en los primeros coches, estaban elaboradas a base de vidrio plano, similar al de las ventanillas laterales del vehículo. Este tipo de cristal no garantizaba la total seguridad de los pasajeros, puesto que en caso de rotura del mismo, ocasionada por una colisión, este podía romperse de forma irregular, llegando a crear trozos afilados que podrían causar graves lesiones a los ocupantes.

Por esta razón, los fabricantes de automóviles comenzaron a utilizar otro tipo de materiales para mantener la seguridad de los pasajeros en todo momento.

  • Por un lado, se encuentra el vidrio templado, utilizado tanto en la luna trasera como en las laterales de la parte de atrás del coche. Este material es más resistente y en caso de colisión se rompería en trozos pequeños, sin riesgo añadido para la seguridad de los ocupantes del vehículo.
  • Por otro lado, la luna frontal de los automóviles está fabricada a base de vidrio laminado, aportando un extra de seguridad, ya que este no se rompe ni siquiera en caso de choque o accidente, sino que se cuartea.

Funciones de la luna trasera

Las razones por las que es imprescindible mantener la luna trasera en perfecto estado son las siguientes:

  • Principalmente, porque ayuda a conservar una perfecta visibilidad del vehículo en la parte trasera, sumamente importante para que tanto los ocupantes como, sobre todo, el conductor, puedan ver perfectamente lo que ocurre en el exterior. Esto ayuda en determinadas maniobras de la conducción, como dar marcha atrás, vigilar los coches que vienen detrás, especialmente en los momentos previos a frenar, o para cambiar de carril evitando cualquier riesgo.
  • También proporciona aerodinámica al vehículo.
  • Y una de los motivos más importantes, cumple una doble función de seguridad:
  • Protege de forma directa a los ocupantes, puesto que evita que elementos exteriores afecten a la conducción, como la lluvia, el viento, insectos u otros objetos peligrosos.
  • También funciona como seguridad pasiva, debido a que forma parte de la estructura del vehículo, ofreciendo la rigidez necesaria para que sea totalmente estable. De este modo, en caso de accidente o, incluso, si el coche termina volcando, la estructura se mantendrá intacta. Además, se evita que tanto el conductor como los pasajeros sean alcanzados por objetos peligrosos durante un accidente.

¿Para qué sirven las líneas horizontales que tienen las lunas traseras?

La última innovación en cuanto al parabrisas trasero se refiere se basa en la denominada luneta térmica, la cual consiste en una serie de líneas horizontales, separadas entre ellas por unos 5 centímetros y elaboradas a base de filamentos sumamente estrechos a través de los que pasa una ligera corriente eléctrica, la cual está destinada a calentar el cristal.

La función principal de estos hilos es derretir el hielo que se acumula en este cristal durante el invierno y eliminar la condensación y el vapor de la parte trasera del coche, permitiendo mantener, en todo momento, una perfecta visibilidad a través de esta luna.

A pesar de que la corriente eléctrica pasa a través de estos filamentos, es totalmente seguro, tanto si los tocamos, como si entran en contacto con agua.

Además, no precisa de ningún mantenimiento especial, tan solo hay que ser cuidadosos a la hora de colocar objetos en la bandeja del maletero y cuando se limpia este vidrio, procurando no dañar los filamentos.

Pero incluso teniendo todo el cuidado del mundo, hay ocasiones en las que este sistema puede fallar, por lo que es conveniente llevarlo a revisión si sucede alguna de estas dos situaciones:

  • Si el mecanismo no desempaña la luna trasera y no quita el hielo de manera general, puede deberse a un fallo completo del dispositivo.
  • Por otro lado, en el caso de que este problema suceda únicamente en una parte del cristal, es posible que se haya roto alguno de los filamentos. Al pasar la mano por encima se puede localizar la zona dañada. Es necesario llevar el vehículo para sustituir el sistema.

En ocasiones, no nos damos cuenta de la importancia de determinados elementos de nuestros vehículos y no les prestamos la atención necesaria. Es imprescindible llevar a cabo un mantenimiento completo del mismo y un control de los distintos sistemas que lo componen, para garantizar la seguridad de todos los viajeros.

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