Guía para reparar los fallos de un coche

Para cualquier amante del motor o usuario con unos conocimientos básicos de mecánica, los códigos OBD2 son una de las fuentes de información más básicas para reparar un vehículo. Conocidos en el mundo de la mecánica como un recurso esencial para desvelar algunos fallos en el motor o tren motriz, estos códigos consiguen a través de un proceso de escaneo del sistema del vehículo, encargada de dar origen a un sistema numérico cuya función principal es notificar al usuario, a través de una combinación de cifras y números, el origen del problema. Cada código DTC (siglas pertenecientes a Diagnostic Trouble Codes) responde a un problema determinado y proceden del Módulo de Control de Motor (reconocido internacionalmente como ECM).

Un vehículo arrojará el código de avería cuando detecte un componente que no está siguiendo sus funciones con normalidad. A través de una combinación alfanumérica, este código ayudará al conductor o mecánico a solucionar el problema del vehículo. Pero, ¿cómo se dividen los códigos de error?

Qué debes saber sobre los códigos de error

Cada lista de códigos DTC se divide en letras y números. Por ejemplo, los códigos B hacen referencia a las funciones y tareas propias del interior del vehículo y relacionadas con la seguridad y el confort del conductor. Los códigos C responden a aquellas funciones relacionadas con el chasis, donde cobran protagonismo frenos, bolsas de aire, dirección y suspensión. Los códigos P representan al tren motriz, cuyos falos provienen generalmente del motor, transmisión y accesorios relacionados con la cadena cinemática. En este proceso cobrará vital importancia la Check Engine y el código de error P0420, encargado de evidenciar un problema en el catalizador. Conocida como luz de servicio, la Check Engine es una advertencia encargada de indicar en el tablero del vehículo una error en el sistema de emisión o tren motriz. Por último, el código U representa un fallo con el sistema de transmisión de datos entre los módulos que componen el vehículo. Esta situación podría provocar consecuencias nefastas en el automóvil, por lo que un mal funcionamiento del módulo puede afectar al sistema completo del vehículo.

Después de haber reconocido la letra, los últimos dos o tres dígitos son los encargados de notificar al usuario la descripción real del fallo. Estos códigos tendrán un carácter universal (si comparten similitudes con cualquier otro vehículo) o elaborado (si responden únicamente a un fabricante en concreto). Existe una diferencia significativamente económica entre ambos, pues el código universal será mucho más fácil que reparar debido a la sencillez del diagnóstico. De esta manera, será el número ‘0’ el encargado de notificar al usuario que el problema se trata de un código universal, mientras que los números 1, 2 y 3 serán aquellos provenientes del fabricante.

Una vez tenemos claro su carácter, los últimos números delatarán y diagnosticarán el problema de manera específica. Si obtenemos un 1, estaremos delante de un mal funcionamiento de la relación entre aire-combustible en el motor o cualquier otro factor relacionado con el error de este. Si observamos un 2, procederemos a hablar de un fallo en el sistema de alimentación. Si obtenemos un 3, estaremos ante un problema en el sistema de encendido del vehículo. A este le sigue el 4, representando fallos en el sistema de anticontaminación a partir de elementos como el catalizador; un 5, referente al sistema de marchas; un 6m encargado de notificar sobre un fallo en el ECM y, por último, el 7 y el 8, encargados de representar los errores en la trasmisión automática o el sistema de control de tracción. Si deseas más información sobre estos códigos, CodigosDTC.com es la librería de códigos DTC en línea número 1 en habla hispana.

En definitiva, los códigos de error OBD2 son un recurso imprescindible para conocer las causas y consecuencias de problemas presentes en tu vehículo para, acorde con la gravedad de los códigos y conocimientos, poder solucionarlas lo antes posible.