Prueba

Volkswagen T-Roc Cabrio 1.5 TSI R-Line DSG. Un cóctel único

Es el único vehículo del mercado que mezcla los conceptos SUV o todocamino y descapotable

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Volkswagen T-Roc Cabrio 1.5 TSI R-Line DSG

La versión Volkswagen T-Roc Cabrio 1.5 TSI R-Line DSG monta un motor de gasolina de 4 cilindros y 1,5 litros de cilindrada que desarrolla 150 CV. Incorpora el acabado más deportivo, el R-Line, así como el cambio automático DSG con 7 velocidades. Su precio es de 40.590 euros.

Dentro del panorama automovilístico existen una serie de vehículos que por sus características resultan únicos en el mercado, y hacen de esta premisa uno de sus principales atractivos. Una premisa ligada, que va de la mano de la exclusividad, un valor muy apreciado por los usuarios.

Uno claro ejemplo lo constituye el Volkswagen T-Roc Cabrio, el único todocamino descapotable que puede encontrarse en el mercado. Aunque hay que aclarar que no fue el primero en abrir esta exótica combinación, pues este honor recayó en el ya descatalogado Range Rover Evoque Convertible.

El hecho de que este ya no se venda posiciona al modelo de Volkswagen en total ventaja, quedándose solo en la parcela de los todocamino o SUV descapotables.

Un descapotable muy práctico

Pero aparte de ser un modelo único, el Volkswagen T-Roc Cabrio atesora un montón de cualidades de índole práctico nada habituales en un producto de marcada vocación lúdica, en el que por encima de otras consideraciones suele primar ante todo lo emocional.

Estas cualidades hacen que pueda utilizarse a diario sin ningún tipo de restricciones, pues ha sabido unir en perfecto maridaje lo emocional con lo pragmático. Para empezar, dispone de un espacioso habitáculo capaz de acoger con comodidad a cuatro ocupantes, teniendo en cuenta que no trata a los de las plazas posteriores como pasajeros de segunda, más bien todo lo contrario.

Los pasajeros de las plazas traseras van perfectamente acomodados en dos asientos individuales cuyos respaldos van más inclinados de lo que viene siendo habitual en descapotables similares, en los que tienden más a la verticalidad. Este detalle supone una mejor y más natural postura en el asiento.

Además, las plazas traseras disponen de bastante espacio en sentido longitudinal para las piernas, mientras su cota de altura es muy generosa. Con la capota puesta las personas más altas no llegan a rozar la cabeza contra la misma.

Volkswagen T-Roc Cabriolet

 

Evidentemente todo no puede ser tan favorable. El maletero tiene una capacidad de 280 l, frente a los 445 l de su hermano, el Volkswagen T-Roc. Pierde nada menos que 165 l, cosa lógica dado que la capota requiere su espacio cuando se pliega.

También hay que considerar que roban espacio los refuerzos estructurales que adopta la carrocería del Volkswagen T-Roc Cabrio para paliar la falta de un techo metálico, lo mismo que los arcos de seguridad, que van ocultos y emergen automáticamente en caso de riesgo de vuelco.

Estos refuerzos en la carrocería cumplen con creces su cometido; basta rodar sobre firmes muy deteriorados o zonas adoquinadas para comprobar la total ausencia de chirridos derivada del excelente trabajo realizado a nivel estructural.

Los restringidos a la par que aprovechables 280 l del maletero suman puntos gracias a la versatilidad que proporcionan los asientos traseros abatibles, que permiten comunicar el habitáculo con el maletero en aquellos casos puntuales que requieran disponer de un mayor volumen de carga para los equipajes.

Volkswagen T-Roc Cabriolet

El cielo por techo

El Volkswagen T-Roc Cabrio mide 4,27 m de longitud, lo que le inscribe en el segmento C-SUV  de los todocamino compactos. No es una longitud exagerada para lo que hoy día se estila en este segmento cuyos miembros suelen pasar holgadamente la cota de los 4,30 m, lo que facilita las cosas en el entorno urbano, sobre todo a la hora de aparcar.

La capota de lona, de tres capas, se opera eléctricamente mediante un sistema electrohidráulico que emplea 9,5 s en abrirla, para disfrutar del cielo por techo, y 11 s en cerrarla. Puede operarse con el vehículo en movimiento hasta una velocidad de 30 km/h. Su operación es sumamente sencilla, no hay que desbloquear manualmente ningún anclaje de la parte superior del parabrisas.

Simplemente basta con pulsar un botón, situado detrás de la palanca de cambios, para realizar de forma totalmente automática tanto el capotado como el descapotado del vehículo.

Volkswagen T-Roc Cabriolet

Cabe señalar que el ajuste de la capota con los cristales de las ventanillas es simplemente perfecto, con una modélica estanqueidad que no permite que entre ni una gota de agua en el habitáculo, lo que también reporta sus beneficios de cara al confort al no registrarse molestos silbidos aerodinámicos provenientes de la marcha.

Esta capota incorpora una luneta trasera térmica de cristal. Los pasajeros de las plazas delanteras ya de por si van muy bien protegidos frente a las turbulencias, pero para mejorar aún más este apartado el Volkswagen T-Roc Cabrio incorpora un práctico deflector de viento plegable, teniendo en cuenta que su uso implica prescindir de las plazas traseras.

 

Volkswagen T-Roc Cabriolet

Acabado R-Line

De entre los acabados que Volkswagen ofrece para el Volkswagen T-Roc Cabrio destaca el superior o R-Line, que es que equipaba nuestra unidad de pruebas. Dentro de Volkswagen la línea R-Line se caracteriza por su talante deportivo.

A nivel de carrocería, el Volkswagen T-Roc Cabrio R-Line incluye el paquete R-Line exterior a base de paragolpes de diseño específico y apariencia deportiva en el color de la carrocería, logo R-Line en la parrilla, molduras decorativas, carcasas de los retrovisores y spoiler trasero en negro, ópticas traseras en rojo oscuro así como llantas de aleación de 18 pulgadas, si bien nuestra unidad de pruebas montaba en opción unas espectaculares llantas de 19 pulgadas con neumáticos 225/40.

Aparte de la apariencia deportiva que brinda la línea R-Line, asimismo adopta dirección progresiva y tren de rodaje deportivo que rebaja la altura de la carrocería 10 mm. En el interior dicho acabado incluye toda una serie de elementos específicos, como pedales de acero inoxidable, asientos deportivos tapizados en tela y cuero sintético o logo R-Line en volante, pantalla de inicio y estribos.

Pero además de personalizar el vehículo tanto a nivel de carrocería como de interior, la línea R-Line contempla asimismo un abundante equipamiento de serie que recoge los siguientes elementos: faros de led, faros antiniebla, luz de curva estática, sistema de modos de conducción, cuadro de instrumentos digital Digital Cockpit de 10,25 pulgadas, sistema multimedia con pantalla de 8 pulgadas, Front Assist con función de frenada de emergencia en ciudad y detección de peatones, sistema Lane Assist de aviso de salida de carril, control de crucero adaptativo ACC, detector de cansancio, asistente de aparcamiento, cámara trasera, etc.

Entre los componentes más significativos que puede montar opcionalmente figuran: las llantas de 19 pulgadas, asistente Side Assist de ángulo muerto, asistente luz de carretera, suspensión adaptativa DCC, etc.

Volkswagen T-Roc Cabriolet

Motor de gasolina con desconexión de cilindros

Dentro de la gama Volkswagen T-Roc Cabrio, el modelo tope de gama es el Volkswagen T-Roc Cabrio 1.5 TSI R-Line DSG, que tiene un pecio de 40.590 euros. Va propulsado por un motor de gasolina con inyección directa y turboalimentado que cuenta con una arquitectura de 4 cilindros en línea y 1,5 litros de cilindrada.

Desarrolla una potencia máxima de 150 CV, mientras el par máximo es de 250 Nm entre 1.500 y 3.000 rpm. Es un motor que se ciñe muy bien a la filosofía del coche, con 150 CV mueve con suficiente contundencia el conjunto pese al incremento de peso que añade la variante cabrio.

Aunque no pueda decirse que permita practicar una conducción puramente deportiva, si autoriza una conducción alegre que transmite diversión al volante. Este motor cuenta con un sistema de desconexión de cilindros que desconecta dos cuando trabaja con carga parcial, de lo que se deriva unos consumos bastante aquilatados. En ciclo WLTP consume de media entre 6,4 y 6,7 l/100 km. En la práctica, circulando por autovía a velocidades legales gasta en torno a los 7,5 l/100 km.

Hay que considerar también que el gasto puede disminuirse seleccionando el modo Eco, unos de los cinco programas de conducción de los que dispone el conductor: Comfort, Normal, Sport, Eco e Individual.

El motor pasa la tracción al eje delantero a través de una caja de cambios automática DSG de doble embrague con 7 velocidades. Una transmisión que permite también un uso manual-secuencial mediante unas levas en el volante, ideal cuando el conductor quiere rodar sacando toda la esencia del potencial que ofrece el vehículo. En modo automático es un complemento ideal para circular descapotado, relajado y disfrutando de esa atmósfera tan especial que supone la conducción al aire libre.

Las prestaciones que ofrece son razonables, alcanza una velocidad máxima de 205 km/h e invierte 9,6 s en pasar de 0 a 100 km/h. En la misma línea, el confort de marcha es muy bueno, a pesar de la suspensión más firme que incluye de serie e incluso con las opcionales llantas de 19 pulgadas y neumáticos de perfil bajo  (245/40).

Solamente este confort se resiente en caso de rodar sobre pavimentos muy rotos. Aunque las autovías puedan parecer su territorio ideal, asimismo se muestra muy a gusto en los tramos más enrevesados, con frecuentes curvas, escenario en el que de inmediato se manifiesta la buena estabilidad que brinda. Una estabilidad en la que tiene mucho que ver su pisada firme y precisa.

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