Ikea desestresa a sus empleados con un juego de guerra al aire libre

Acribillar a balazos al jefe sin que eso tenga consecuencias legales –ni laborales- es posible gracias al Airsoft, un juego que simula combates de guerra en un escenario asentado al aire libre, y que se ha convertido en la mejor terapia anti estrés para empresarios y trabajadores. Ikea lo emplea con su plantilla en Madrid y en España ya lo practican 50.000 personas.

Grupo de jugadores de Airsoft.
Grupo de jugadores de Airsoft.

El Airsoft tiene sus orígenes en los años 50 en Japón. El Gobierno nipón, con el recuerdo aún presente de los horrores de la II Guerra Mundial y las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki, instauró este sistema de simulación de combate pero con réplicas de armas reales.

La leyenda dice que, también en esa misma década, la fábrica de juguetes Mattel también contribuyó al otro lado del océano a desarrollar este juego, gracias a la salida al mercado de unas pistolas para niños –y no tan niños- que eran exactamente iguales a los usados en los ejércitos.

A España, el Airsoft llegó a finales del siglo pasado, aunque su verdadero ‘despegue’ no se produjo hasta hace diez años, cuando jóvenes emprendedores montaron empresas dedicadas en exclusiva a la organización de combates simulados y a la venta de los productos necesarios.

De un hobbie para amigos a una ‘terapia’ de empresa

Según explica a El Confidencial Digital Diego de la Concepción Martínez, director de SIMCOM (Simulación de Combate) y de World Real Games, una de las empresas más veteranas y punteras del Airsoft en España, este juego empezó a crecer en nuestro país gracias a “grupos de amigos, que encontraron en esto una forma de hacer deporte y pasar un buen rato”.

En este sentido, Martínez asegura que, en España, el Airsoft podía compararse, sobre todo al principio, con “la tradición de echar un partido de futbito con los amigos. Esto es parecido: quedar un grupo de personas a pasarlo bien de una forma diferente”.

El boca a boca, y el hecho de ser un deporte que genera grandes dosis de adrenalina, ha hecho que primero grandes ejecutivos, y luego plantillas enteras de empresas vean en el Airsoft una forma de descargar la tensión acumulada de toda la semana.

De hecho, en los últimos meses se ha puesto de moda que grupos de empresas queden los fines de semana para practicar este juego de simulación de combate: “A nosotros, por ejemplo, nos vienen a visitar con asiduidad un grupo de trabajadores de Ikea, entre otras empresas”.

Este auge del Airsoft como práctica de entretenimiento, y también anti-estrés, ha propiciado que en España ya haya 50.000 personas que lo practican con asiduidad. De hecho, nuestro país dispone de una federación dedicada a este deporte, en la que están inscritos 400 jugadores.

El Airsoft le ha ganado la partida al Paintball

Hace diez años, el Paintball era, por antonomasia, el juego de combate preferido por los más jóvenes en España. Sin embargo, algunas lesiones producidas por las pelotas de color, que “con un peso de 4 gramos pueden doler tanto como un puñetazo”, hicieron que este deporte cediera, poco a poco, espacio al Airsoft en nuestro país.

 

Además de emplear bolas menos dañinas –solo pesan 0,2 gramos- “a los clientes les encanta usar armas que son exactamente iguales a las empleadas por los grandes ejércitos”. Las favoritas, explica Martínez, son “el M-4 americano, y el G-36 empleados por los militares españoles”.

También son muy solicitados “los bazocas, pistolas, y hasta granadas que lanzan pequeñas bolitas a modo de proyectil”.

El desarrollo del Airsoft ha permitido que empresas como World Real Games organicen combates temáticos: “Hemos organizado uno como el de la película Predator, y también de zombies. De hecho, el ‘Survival Zombie’ que se celebró en Madrid fue obra nuestra”, afirma Martínez.

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