Morrison, o cómo montar una marca de zapatillas sin tener un duro

¿Alguna vez has soñado con montar tu propia empresa pero te ha sido imposible porque no tenías suficiente dinero? Así comenzó Morrison.

Descuentos inconfundibles
Descuentos inconfundibles

Pronto se cumplirá el primer año de vida de Morrison, una marca online de zapatillas 100% fabricadas en España, formada por tres amigos del colegio que, como muchas otras empresas, tuvieron unos comienzos en los que el dinero era el principal obstáculo para poner en marcha su idea. 

Para que su sueño de montar su propia empresa no cayera en saco roto, estudiaron todas las fórmulas posibles para poder financiar su proyecto sin asumir un riesgo demasiado alto por si la cosa no funcionara. Tras visitar bancos, sondear subvenciones y preguntar a familiares y amigos, surgió la idea que les permitió, no solo financiar su proyecto, sino testar su producto antes de sacarlo al mercado.

Crowdfunding de recompensa de Morrison

Un crowdfunding de recompensa consiste en que alguien que tiene un proyecto empresarial, utiliza una plataforma en internet para publicar su idea y conseguir dinero para llevarla a cabo mediante la financiación colectiva. Los fundadores de Morrison cogieron esta idea y le dieron una vuelta. ¿Y si regalaban un par de zapatillas a todo aquel que donara 39 euros a su proyecto?  

Pablo Recuenco, co-fundador de Morrison, da las claves de su campaña: “El aspecto determinante fue que todos los donantes que participaron estaban dispuestos a esperar un mes y medio a recibir las zapatillas, una vez finalizada la campaña; tiempo suficiente para, primero fabricar las zapatillas con el dinero que habíamos obtenido, y luego entregarlas”, asegura. “¿Qué beneficio tenían los donantes? Conseguir las zapatillas casi a precio de fábrica. Teníamos que poner una recompensa suficientemente atractiva para que la espera mereciera la pena. Es un precio que no se repetirá nunca”.  

Pero no solo conseguían el dinero para poner en marcha su proyecto. Gracias a esta campaña de crowdfunding podrían testar la aceptación de sus zapatillas por parte del público sin tener que hacer una inversión en producción, almacén, tienda online, publicidad… “Fue una muy buena manera de ver qué modelos gustaban más y qué colores atraían más a chicos o a chicas, y así ajustar la producción cara a la futura apertura de la tienda online”, reconoce Álvaro Patón, otro de los fundadores de la startup.

¿Cuánto dinero necesitaban y cuánto consiguieron?

Los chicos de Morrison estimaron que necesitaban 12.000 euros para poner en marcha su proyecto. Los datos son elocuentes. En los 20 días que duró la  campaña, 330 personas financiaron el proyecto con un total de 22.617 euros, casi el doble de lo que necesitaban; más de 500 pares de zapatillas fueron solicitados en su página de KickStarter. Y todo ello, por supuesto, sin haber lanzado la marca al mercado. 

El éxito cosechado les valió para recibir una llamada para dar una conferencia en el Google Campus de Madrid sobre “Cómo tener éxito en una campaña de Crowdfunding” a otros emprendedores.

Emprender y trabajar a la vez: misión posible

Pero lo más sorprendente de todo este proyecto es que los tres fundadores han venido compatibilizando sus trabajos con Morrison. Tarea ardua pero necesaria teniendo en cuenta que los inicios de cualquier negocio son complicados hasta que se obtienen ingresos recurrentes. “La única manera de poder llevar a cabo esta aventura era compatibilizar nuestro trabajo con Morrison,  ya que solo así podríamos financiárnoslo. Aunque sabíamos que las dificultades serían grandes por la falta de tiempo, el grado de satisfacción si conseguíamos nuestro propósito iba a ser infinitamente mayor porque todo habría sido fruto de nuestro esfuerzo y dedicación”, asegura Álvaro Rodríguez, tercer socio fundador de Morrison.

Morrison: unas zapatillas para todos

El secreto de Morrison, según aseguran ellos mismos, es que han creado un diseño de zapatilla combinando sus tres estilos de vestir, diferentes entre sí, pero que representan a un gran espectro de su público objetivo, los millenials. “Nosotros tres vestimos de una forma completamente distinta, pero hemos logrado diseñar una zapatilla que nos gusta a los tres y que nos hemos dado cuenta de que gusta a personas muy diferentes. Además tiene un diseño bastante original, distintas a lo que ya hay en el mercado.”

 

A punto de cumplir un año del lanzamiento de su Crowdfunding, Morrison abrió su tienda online en octubre y desde entonces han superado todas sus previsiones de ventas. “Nos hemos visto desbordados por la demanda hasta el punto de quedarnos sin stock varias veces”, reconocen los fundadores. “Estos últimos meses hemos invertido mucho esfuerzo en perfeccionar el producto con el feedback de los clientes y mejorar los procesos de producción para poder satisfacer la demanda de nuestros productos”.

Este año la idea es seguir potenciando la imagen de la marca y reinvertir hasta el último céntimo en seguir creciendo. El siguiente paso lo darán este verano, cuando ampliarán su colección de zapatillas con cuatro modelos más que se suman a los 7 que ya tienen a la venta.

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