Las tres coberturas antirrobo que debe incluir tu seguro de hogar

El verano es la época del año en la que más robos se producen en los hogares. La salida masiva de vacaciones durante los meses de julio y agosto, unido a una falta más extendida de lo que se piensa en la seguridad doméstica, propicia oleadas de delincuencia en esta línea. Por ello, es preciso que, aún teniendo un buen seguro de hogar, nos cercioremos antes de salir de vacaciones de cuáles son las coberturas antirrobo que cubre la póliza contratada. Estas claves te serán de ayuda.


Llavero de una casa plateado.
Llavero de una casa plateado.

Con la llegada del buen tiempo, una de las recomendaciones de los expertos en seguridad contratar o revisar la póliza de seguro de hogar. Un robo en nuestra vivienda durante las vacaciones de verano puede arruinar nuestros días de descanso.

Por ello, antes de organizar nada, es preciso proteger nuestro patrimonio ante cualquier eventualidad que pueda producirse.

Una de las prioridades en este sentido resulta comprobar cuáles son las coberturas de nuestra póliza de hogar respecto a los robos o hurtos.

Según apuntan los expertos, un buen seguro del hogar debe proteger todo lo que se encuentra dentro de nuestra vivienda: desde los objetos más cotidianos, como televisores o cámaras de fotos, hasta joyas, muebles antiguos o piezas de arte.

Qué debemos comprobar

Fundamentalmente, el seguro debe contar con unas garantías completas que tengan límites amplios.

La contratación de la póliza correcta pasa por tener en cuenta, en primer lugar, todas las características de la vivienda y, sobre todo, de lo que queremos proteger en su interior.

Por este motivo, hay que hacer especial hincapié en comprobar que cubra todos y cada uno de los objetos en caso de robo o su deterioro en caso de intento del delito o de hurto.

Qué debe cubrir

Una póliza completa antirrobo debe cubrir:

 

1. Contenido general de la vivienda. Compuesto por el mobiliario general: muebles, electrodomésticos, equipos electrónicos, efectos personales (ropa, zapatos, objetos de higiene personal). En este caso, el aseguramiento se realiza “a valor de reposición a nuevo”.

2. Objetos de valor. Obras de arte, piezas de mobiliario de colección o antiguas, objetos de coleccionista, etcétera. Estas deben estar aseguradas a “valor convenido”, es decir, es el cliente quien fija el valor a reembolsar por la aseguradora, pero nunca sobrepasando su valor de mercado.

3. Relojes, pieles y joyas. Son los objetos de mayor riesgo en el hogar. Por ello, cuentan con coberturas especiales.

-- En primer lugar hay que informar a la aseguradora de su situación en la vivienda (caja fuerte, joyero, escondidas). En función de esto variará el tipo de cobertura. Es decir, si se encuentran dentro de caja fuerte o, por el contrario, están distribuidas por la vivienda, lo que supone una diferencia en la prima a aplicar, según se encuentren en uno u otro lugar.

-- El cliente debe entregar, además, una relación detallada de estas pertenencias a partir de cierto volumen.

Respecto a las garantías que debería cubrir tu seguro, las principales aseguradoras, como Línea Directa, ofrecen pólizas que engloban todas las coberturas que harán frente a un posible siniestro.

Estas van desde las más básicas, como incendios o actos vandálicos, hasta algunas más complejas como los daños del exterior o los robos.

Esta cobertura antirrobo resulta imprescindible, ya que no sólo cubren la sustracción de objetos de valor, sino también los daños ocasionados en la vivienda o en el mobiliario asegurado causados por este o cualquier otro tipo de siniestro.



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